No hay créditos, no hay dinero, no hay… vergÁ¼enza ni dignidad y es claro que por ello han arrasado todo, puesto que “en el aire”, sólo viven los buitres que controlan el dinero “de los otros”; y sin arriesgar nada, se forraron, se forran y se van a seguir forrando, si no hay verdaderos políticos estadistas que pongan coto a tanto desmán y tanto robo encubierto… “o mejor dicho, descarado”.
Hace tiempo que supe, que uno de estos “buitres”, con toda la arrogancia que da la impunidad dijo con contundencia… “el dinero en cantidad se logra con el dinero de los otros”. O sea que no era necesario arriesgar el propio, caso de tenerlo; lo que había es que estar bien apostado, en los puntos donde está ese dinero de todos (el dinero público o el de los ahorradores de verdad y que se quitan de gustos y lujos por ahorrar para el futuro).
Recuerden también, que gobernando (y lo de gobernar es un decir) Felipe González Márquez, uno de sus ministros (no recuerdo ahora si Solchaga o Almunia) dijo y está bastante aireado que… “en España era muy fácil hacerse rico” (quizá lo dijo en otras palabras pero el sentido es el mismo)… y ello se ha demostrado, por los grandes capitales, que muchos que no tenían “dónde caerse muertos”, o poco más; han logrado; por mor de estar en esos puestos antes mentados; entre ellos el propio Solchaga, Almunia, Bono, Boyer, etc.; puesto que “ministros o no ministros, miembros del partido o allegados”; la lista debe ser interminable… y de acuerdo que ello afecta a los demás partidos y en mayor o menor medida; puesto que “el robo del dinero de todos es un coto libre para los desaprensivos”… “la pringue mancha mucho la vestimenta demócrata”.
Mientras tantos se han forrado y acumulado capitales “delictivos”; el ahorro español (que era inmenso) fue controlado de forma tan brutal, que fue y sigue siendo tan mal retribuido, que nunca ha llegado a cubrir la propia devaluación del dinero. Los fondos de pensiones y “demás” planes; igualmente han sido manipulados de forma que sólo los administradores han obtenido grandes beneficios. El crédito público (incluido el de las cajas de ahorros) ha sido tan brutalmente saqueado, que no ha creado más riqueza que la que se han llevado los saqueadores, que posiblemente la han depositado en paraísos fiscales, para mayor crimen social.
No hablemos del Patrimonio Nacional, que era enorme cuando fue enterrado el dictador; y el que a lo largo de los años, “lo han ido fundiendo” y ha ido pasando a manos privadas, por arte de “birlo birloque, o malabarismos financieros”, imaginables por cuanto dijo aquel buitre que arriba cito… “el dinero en cantidad se gana con el dineno de los otros”… y al final, han saqueado tanto y a tantos, que han terminado hasta por dejar al Estado, sin dinero, sin ahorro; y además hipotecado hasta ni se sabe que año venidero y cuantas generaciones van a padecer tal saqueo o exterminio.
Se han montado infinidad de “negocios fantasma”; tinglados para recibir dinero derivado de los fondos públicos y de las cajas de ahorros; que para detallar sólo una mínima parte, igual se necesitarían varios libros de mil páginas cada uno y escritos por verdaderos (y honrados) economistas que resumiendo y condensando datos, estuviesen dispuestos a ofrecernos ello.
Por el contrario, si con los enormes recursos con que se contaban en 1975 cuando muere Franco; se hubiesen administrado bien y en beneficio de España y los españoles; pienso que España hubiese mejorado incluso “la marca” que con aquellos gobiernos, consiguió, en que se situó entre las diez primeras potencias económicas de “todo el mundo mundial”… y es que el sistema que entonces empleaba la banca oficial (que nunca debió desaparecer, pues por sí misma controlaba a la privada); las cajas de ahorros y los bancos privados (férreamente controladas por los gobiernos de la dictadura)… ese sistema, era tan seguro… “como una apisonadora afirmando el firme de una carretera de nueva construcción”.
Lo sé y lo afirmo, por cuanto yo… “sufrí” (y afortunadamente) esa apisonadora financiera de un banco oficial español (Banco Hipotecario de España); el que “me prestó” (no hubo ni un céntimo de subvención oficial) algo más de cuatro millones de pesetas (pesetas de 1971/72) para con dicho préstamo, terminar de construir una pequeña/mediana industria. Pero para ello y antes de “soltar” ni una sóla peseta; el banco me hipotecó, primero el solar, luego fue dando cantidades muy controladas, a medida del desarrollo de la obra y mediante inspección del banco (cuyos gastos habría de pagar yo) y cuando me dieron la última entrega, fue cuando ya la industria estaba en funcionamiento. Industria que tuvo que aguantar tres hipotecas, durante quince años; pero hipotecas tan ajustadas, que se empezó pagando una cantidad fija (y tras dos años de carencia de amortización – sólo se pagaron intereses) y terminó pagándose igual cantidad; lo que a medida que pasaba el tiempo y debido a la inflación constante, que siempre hubo hasta hoy mismo; aquellos pagos fueron siendo mucho más asumibles y es por ello y gracias a mi buena administración y mucho trabajo (“del matrimonio”) aquella industria y tras cuarenta años de funcionamiento… ¡¡Aún hoy pervive y ha iniciado una nueva marcha con renovadas instalaciones!! (con nueva deuda a pagar, pero ridícula en relación a la otra) Pero lo más importante para AQUEL DINERO PÁšBLICO; si me prestaron cuatro millones, me hipotecaron en bienes sólidos, aquellos cuatro y ocho más que yo invertí de dinero contante y sonante; por tanto, si el fracaso llegaba… ¡¡El Estado nunca perdería ni un solo céntimo!!
Y finalmente algo importantísimo para el ahorrador español de aquellas épocas; aquellos créditos, estaban sostenidos por “Cédulas Hipotecarias”; las que eran muy bien remuneradas, para aquellos ahorradores, cuyos ahorros estaban férreamente asegurados, por que su dinero, se empleaba de la forma que antes en explicado y no había ningún riesgo de que ese dinero peligrara o se perdiese.
¿Quién va a responder –y ante tribunales especiales- de todo lo ocurrido? ¿El empobrecimiento de todo un Estado y la mayoría de sus indefensos súbditos puede quedar impune? ¿No hay defensa par los indefensos? A la vista está; NO LA HAY. Por ello causa risa cuando oyes hablar a los políticos: del futuro… y no digamos a los vocingleros sindicatos obreros o de empresarios, marcando “rutas”, sin tener ni puñetera idea de qué es lo que levanta o destruye una economía.