Se pide en los medios que se ayude a niños de países subdesarrollados, pero en España hay miles de niños que viven por debajo del umbral de la pobreza, y en países como Noruega están apadrinando niños españoles. Las personas “sin techo” vivirán 20 años menos.
Personas rebuscando comida entre los restos de los contenedores de los supermercadosPara algunos lo peor ya ha pasado. La recesión ha terminado. Solo se fijan en los números de la bolsa española. Pero esos que cada día tienen un techo y comida, no se ponen en la situación de cientos de familias, con niños y mayores enfermos, que cada mes son desahuciados y no saben bajo qué puente dormir.
Lamentable que esas familias se encuentren en la penosa situación de tener que dar la cara ante una cámara de televisión para sacar a la luz sus problemas, para que personas al otro lado del teléfono sientan compasión, pena, lástima, dolor… y proporcionen una ayuda, a medida de sus posibilidades.
Cierto es, que gracias a esos programas, cada día, al menos, algunas familias pueden dar a sus hijos algo de comer cuando llegan del colegio, y con lo recibido, pagar la deuda de agua, luz, comprar bombona, o poder comprar una silla de ruedas eléctrica, que el gobierno les niega. Emociona saber que entre todos pueden reunir cantidades como 50.000 euros para una de estas sillas, camas articuladas…, pero tampoco es necesario contar las historias de sus vidas, si sus familias tuvieron problemas con las drogas o fueron maltratadas, porque eso forma parte de la intimidad de una familia.
Es denigrante y da vergÁ¼enza ver cómo el gobierno central o autonómico, niegue, evada y deje a un lado su responsabilidad ante estas situaciones de muchos ciudadanos, en muchos casos, niños y enfermos de cáncer. Consintiendo que familias acudan a este tipo de programas televisivos para poder comer o intentar sobrevivir con la ayuda de la gente, que mayormente tiene poco recursos.
Pocos, o casi ningún político, echan un poco de dignidad y vergÁ¼enza, para ayudar a esas familias, o dimitir si se encuentran incapaces de salir de esta situación. Todos ponen la mano a fin de mes, y a ninguno le importan los ciudadanos. Esos por los que hay que gobernar, no para ellos y sus bolsillos.
¿Hasta cuándo el gobierno no va a tomar cartas en el asunto? No contra el programa, que es un programa más, como cualquier otro, con sus fines. Sino que acudan a esas familias, para ofrecerles la ayuda que necesitan. Porque se encuentran así por culpa de algunos banqueros, inyecciones millonarias a cofradías, reformas, con las que se pretende ahora ahorrar un dinero, que otros robaron durante muchos años, y ahora tienen millones hasta debajo de la cama, además de cobrar sueldos de grandes empresas. Mantener a cientos de diputados en el Congreso que no acuden a su puesto de trabajo , muchos de ellos con cargos de alcaldía, además de contratar asesores personales, aeropuertos sin aviones…
Y todo ello en un escenario donde hay miles de niños que viven bajo el umbral de la pobreza, y sus madres deben completar con agua el vaso de leche.
¿Esto es democracia? ¿Este es un país desarrollado? Que se lo digan a un niño de 7 años que acaba de salir de una quimioterapia y su madre no tiene para comprarle una bombona y ducharse con agua caliente. O a una mujer que le vuelve a repetir el cáncer y debe escoger si darse las sesiones de radioterapia, porque las va a tener que pagar o dar de comer a su familia, que no reciben ningún tipo de ingreso.
Cualquier día explotará esta burbuja, que reventará en nuestras caras y nos echará de este pais, donde muchos gritan: ¡Viva España!, una España que deja a familias sin casa, niños sin infancia, mayores sin jubilación digna, ni sanidad ni educación públicas para sus ciudadanos.