En la acepción de «bajo y despreciable» y me permito el calificativo porque él mismo lo ha utilizado contra los diputados de la oposición durante su comparecencia de hoy, ruin, porque se le ha preguntado lo que se le tenía que preguntar, si había cobrado dinero en «B», ruin, porque no ha contestado, ni que sí, ni que no, sino todo lo contrario, ruin, ruin, ruin.
Ruin, porque no hay pregunta ofensiva, sino respuesta ridícula, respuesta defensiva, respuesta que intenta atacar para defenderse y que acaba por no responder a lo que se preguntaba. Y es que la ecuación es muy sencilla. Si Cristóbal Montoro no hubiera recibido sobres en «B» del Sr. Bárcenas lo hubiera dicho claramente en su comparecencia de hoy. Podría haber llamado ruin a la oposición, como ha hecho, y haber acabado aseverando por activa y por pasiva que él nunca cobró ni cobrará dinero en «B», así de sencillo, así de transparente, así de verídico.
Porque lo sorprendente de toda esta trama que está destapando el diario «El Mundo» es que hasta ahora no hay ni una sola prueba real, pero los dirigentes del Partido Popular están temblando ante la que se les viene encima y ninguno se atreve a negar los hechos. Bajo la letanía del «no me consta» intentan protegerse ante el futuro porque todos saben que los sobres con dinero «B» existían.
Unos sobres que ponen de manifiesto la putrefacción de la política española donde unos se corrompen y otros miran hacia otro lado, porque tan culpable es el corrupto como el que lo calla, el que recibe como el que silencia, todo consecuencia de un sistema endogámico en el que para hacer carrera hay que callar más que hablar, loar más que criticar y mentir hasta que el cuerpo aguante.
El Partido Popular se ha financiado ilícitamente durante años, parece demostrado, no por las pruebas sino por los silencios de sus dirigentes, y mal hacen los dirigentes actuales en callar cuando deberían de hablar y hacer una limpia definitiva de la política española. Lo malo es que en lugar de velar por la democracia en toda su extensión sólo se mira por los intereses electorales, y una purga en el PP supondría una merma de votos alarmante.