El ciudadano medio no puede por menos que sentirse desconcertado ante la tremenda diferencia que se aprecia un mes sí y otro también entre la Encuesta de Población Activa y los datos registrados por el Ministerio de Trabajo en las oficinas del INEM, de tal forma que uno ya no sabe con cuál quedarse. ¿Cuál de ellas dice la verdad? Las dos.
Aunque cada una dice su propia verdad. Se trata de dos formas diferentes de entender el desempleo, de dos maneras de entender un mismo concepto y de aplicar las reglas estadísticas para el cálculo definitivo del porcentaje que lanzan a los medios de comunicación.
La Encuesta de Población Activa contabiliza a todas aquellas personas que tienen capacidad y voluntad de trabajar pero que se encuentran en situación de desempleo, mientras que el Ministerio de Trabajo contabiliza a todas aquellas personas que tienen capacidad, voluntad y disponibilidad para trabajar pero que se encuentran en situación de desempleo.
Esta distinción es importante. Porque el Ministerio de Trabajo elimina, con mayor o menor rigor estadístico, de sus listas a todas aquellas personas que se encuentran realizando cualquier tipo de curso formativo financiado por el INEM, basándose en el argumento de que no se encuentran con disponibilidad de trabajar.
La cuestión es si esas personas están desempleadas, o no. Lo que está claro es que no tienen un trabajo remunerado, pero también es cierto que tampoco lo están buscando y que si se lo ofrecieran probablemente dijeran que no, por voluntad o por imposición del curso que están cursando. Por tanto, esas personas no deberían de ser contabilizadas.
Ahora bien, si esas personas son abordadas por los encuestadores de la EPA no dudarán en afirmar y demostrar que son desempleados, ante lo cuál pasarán a formar parte de las listas de desempleados, sin serlo realmente.
Por otro lado, no todos los desempleados se encuentran registrados en el INEM, por multitud de motivos, pero sí que aparecen en la EPA. Personas que se encuentran sin empleo y que están, efectivamente, buscándolo pero que porque su período de desempleo sea previsiblemente de poco tiempo o por cualquier otro motivo no se han registrado en las oficinas del INEM.
Por tanto, ambas dicen la verdad, y la mejor medición del desempleo en un país es siempre una ponderación de ambas. Por lo que no estamos tan mal como nos decía la EPA la semana pasada, ni hemos comenzado la recuperación como nos dicen las cifras del INEM de hoy. Como siempre, la virtud está en el punto medio.