“Las deudas hay que pagarlas, las estafas no†Alejandro Olmos
“Estos tipos ya me cansaron; tenemos que sacarnos de encima definitivamente al FMIâ€. Néstor Kirchner a Roberto Lavagna
No somos economistas, claro está, y en consecuencia, dispensados de exponer aquà en términos y códigos de esa materia, sin embargo, dejamos constancia que de tantas explicaciones leÃdas sobre las crisis económicas hemos aprendido, en términos aceptables, las lecciones y además, observamos y describimos al mundo capitalista a la luz de los valores y principios cooperativos, su Doctrina de armonÃa.
Pensamos que la exposición hecha más arriba es necesaria para ubicar con precisión nuestras conclusiones.
El cooperativismo alcanzó su momento de surgimiento histórico en la etapa denominada “Revolución industrial†momento embrionario del capitalismo, en concreto en el año de 1844. El contexto fue de enorme injusticia social, despojo y ultraje a la condición humana como medio de obtención de fabulosas ganancias, acumulación de capital a partir del esfuerzo sudoroso y ensangrentado de miles y miles de trabajadores, en gran cantidad de ellos mujeres y niños y niñas, he allà las razones del surgimiento del cooperativismo.
Lejos de aquellos dÃas del siglo XIX, hoy, en pleno siglo XXI aún están presentes aquellas injusticias sociales.
Los medios de prensa y medios de redes sociales de todo el mundo nos ilustran en diversas formas y maneras la existencia de los fondos buitres y hasta programas de televisión nos muestran sus oficinas, es decir, sus nidos, con un dejo natural de buenos negocios y nada más. ¡Vaya descaro!
Los pueblos del mundo ya evidencian cansancio y hartazgo de tanta desigualdad social y económica.
El modelo capitalista, a su turno, exhibe descomposición estructural. Aquà podemos asumir disimiles posturas al respecto a sus causas, lo cierto es que se observa descomposición.
Estas lÃneas han estimulado a mi corteza cerebral a rememorar una lectura de una revista en un consultorio odontológico que estos profesionales ponen a disposición en una mesita para hacer de la larga espera algo llevadera, cuestión discutible, por cierto, se trataba de un pequeño artÃculo sobre economÃa liberal.
En concreto, lo que recuerdo es que se afirmaba “el dinero es un bien de intercambio y no un bien de producciónâ€. Sin embargo, tal aseveración hoy no tiene sustento, toda vez que, la obtención de riqueza, mayoritariamente, se consuma por el intercambio de dinero por dinero. Y si no es asÃ, preguntamos: ¿Qué es lo que hacen los bancos y los fondos buitres en ese sentido?
En la situación existente, el capitalismo ha alcanzado categorÃa global, en consecuencia, las empresas monopólicas han instaurado un esquema de supremacÃa sobre lo nacional. Lo han conseguido de la mano financiera, no de la mano productiva industrial. El capitalismo se ha escindido
Deuda externa y fondos buitres, ¿distintivos de tiempos expoliadores?
En realidad, “Si la Argentina quisiera contener legalmente el no pago de la deuda externa, tiene una resolución en la cual basarse para no hacerlo, como lo es el fallo dictado en el año 2000, por el Juzgado Nº 2 a cargo del juez Jorge Ballesteros, quien falló a favor de la denuncia presentada por Alejandro Olmos en 1982, declarando la Deuda Externa argentina como «ilegal, inmoral, ilegÃtima y fraudulenta», un hecho histórico en el mundoâ€. (Equipo de investigaciones RBS)â€
A ojos vista sobre los buitres, deuda externa y hartazgo popular se hace evidente la disociación capitalista y se hace evidente hasta para los ojos más profanos en ciencias económicas o polÃtica económica de que el sector rentista referenciados por los fondos buitres, aquellos que especulan y no participan de ninguna actividad productiva industrial, han disociado completamente el sector capital del sector producción.
En conclusión, no exhibimos aquà ningún descubrimiento, nada que no se sepa y que no se haya expuesto sobradamente ya, lo que hacemos es resaltar el contexto. Frente a este panorama difÃcil para la paz mundial, señalamos que las cooperativas deben tenerlo en cuenta para fijar los lineamientos de su desenvolvimiento.
¿Qué remedio queda ante esta situación? Salvar a la especie humana, la naturaleza y todo el adelanto tecno-cientÃfico para el mejoramiento y disfrute social, son tareas de la cooperación humana, sólo de ella.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!