La impaciencia de la utopÃa es  prisa por llegar al cenit y mantenerse  en la lejanÃa con paciencia. Es un siempre caminar al alcance de la lÃnea del horizonte.
¿Hacemos este  camino a solas? No. Caminar ya exige romper  la soledad con la compañÃa del otro viajero.
¿Necesitamos guÃas? SÃ. La exploración de la vÃa exige, además de compañÃa, ciencia y experiencia.
Y en esas nos andamos en estos últimos dÃas por estos lares, sumidos en el galimatÃas de las elecciones. Pensando, atreviéndonos, cada cual, a pensar la eficiencia del voto. Los candidatos lo son a guÃas y los hay que pretenden usar de ojeadores a los electores para que les levanten la caza,  para ellos apropiársela.
Se presentan maquillados y vestidos con hábitos  sofisticados para no dar el cante. Mas como se coge antes a un mentiroso que a un cojo, estos des-almados reciben el rechazo de cuantos  los descubren.
Habrá otros guÃas que no te señalan camino sino que construyen el sendero contigo.
DifÃcil tarea la de la democracia real y en consecuencia participativa. Son escasos los guÃas de esta estirpe, pero en descubrirlos nos va  la eficiente compañÃa  en el camino hacia la utopÃa del común bienestar.