Uno que recuerda los tiempos difíciles de su juventud, lo que había que luchar y sufrir para ser algo en esta vida y para que la sociedad nos tuviera en cuenta a los jóvenes, se queda de una pieza cuando observa el conformismo y el “aborregamiento” de que hacen gala los jóvenes del PP, al menos su líder Beatriz Jurado, cuando refiriéndose a la ministra de Desempleo, Fátima Báñez, dice de esta que es la “luz de la oportunidad” y un “hada madrina” y que la ministra es “la esperanza para muchos jóvenes”. Si la “esperanza” se concreta en la firma de un memorándum mediante el cual Alemania acuerda dar trabajo a 5.000 jóvenes españoles no creo que la Báñez sea “el hada” la sensación que yo tengo al conocer esta “iniciativa” de la ministra es la de que nos deja “el hados”. Ahora resulta que lo que interesa no es dar trabajo a nuestros jóvenes, lo que interesa, según la titular de Desempleo, es la “movilidad profesional”, es decir que vayan estos dando tumbos de acá para allá para poder subsistir.
Mediante este acuerdo los jóvenes españoles podrán acceder a un empleo para personal cualificado en Alemania, en una Alemania donde sus jóvenes, tan cualificados o más que los nuestros, están bajo el imperio del “minijob” con sueldos de miseria pero que no hay más remedio que aceptar porque menos da una piedra. ¿Piensa alguien que nuestros jóvenes van a ser mejor tratados o considerados que los jóvenes alemanes en su propia patria? Por lo visto Fátima Báñez, que tiene más de “Antoñita la Fantástica” que de ministra, piensa que sí. Al hilo de todo esto y con respecto a las reformas, ha dicho lo siguiente: «El aguante y el enorme esfuerzo que está realizando el Gobierno español”. Qué equivocado ando yo, pues hasta leer esto que ha dicho la ministra yo creía que el esfuerzo lo estábamos haciendo todos los españoles que, pensaba yo, somos los que estamos aguantando el chaparrón, pero si lo dice una persona con la cabeza tan amueblada como la tiene la ministra huelga lo que podamos pensar los demás.
Ante esto del convenio con Alemania yo pienso si es que no le da vergÁ¼enza a este Gobierno con el que Dios nos ha castigado a los creyentes y a los que no lo son, firmar acuerdos para que sus jóvenes emprendan el camino del abandono de su familia, de sus amigos, de su hábitat natural con el consiguiente desarraigo que esto ocasiona para encontrarse en muchos casos con un ambiente hostil y con un modelo de sociedad distinto en el cual le es muy difícil integrarse y que de hacerlo no les va a resultar nada fácil.
Desde luego hay que reconocer que hemos mejorado, antes muchos españoles marcharon al extranjero porque lo que “había” en España era insoportable, insufrible y marchaban rumbo a lo desconocido, hoy puede que en lo que afecta a las libertades estemos en mejor situación, pero en lo demás, en lo tocante a la supervivencia la cosa no se diferencia mucho, salvo en lo que se refiere a que puedes salir a la calle a gritar, pero eso sí, sin levantar mucho la voz no sea que a ese que tenemos como ministro del Interior, que a mí me inspira más temor que respeto y confianza, se le crucen los cables, que temo que algo día pueda ocurrir, y monte la de Dios es Cristo. Ahora nuestros jóvenes se marchan al extranjero porque su Gobierno ha firmado un contrato con Alemania para trabajar, pero ¿en qué? y ¿en qué condiciones? La sorpresa y el desengaño que se van a llevar muchos de ellos va a ser de los que no se olvidan nunca. Lo que este Gobierno tiene que hacer es promover todo lo necesario para que nuestros jóvenes, los más y los menos cualificados, tengan un trabajo sin tener que alejarse de los suyos. Debería darles vergÁ¼enza.