EL CRISOL
Ya va siendo hora de que los políticos dejen de mirar sus números rojos en sus cuentas bancarias y dejen de pensar en las consecuencias que podrían sufrir si ponen a los banqueros en su sitio”.
Sabido es la facilidad y la prontitud con que los partidos políticos suelen ponerse de acuerdo a la hora de fijar los salarios que perciben sus cargos públicos, no ocurre otro tanto a la hora de poner remedio a los males que aquejan a los ciudadanos y me refiero concretamente al caso de los desahucios.
En estos pasados días ha habido una primera toma de contacto entre el Gobierno y al PSOE para tratar de llegar a un acuerdo a fin de corregir y acabar, pienso yo que será con este fin, con los abusos y atropellos que se están cometiendo con aquellas familias que son dejadas sin techo y que están pagando los platos que han roto los banqueros que hoy les fustigan y les castigan dejándoles en plena calle.
Desgraciadamente se ha llegado a lo que todos temíamos: A que haya personas que se quiten la vida al verse en el arroyo. La primera fue en Las Palmas, la segunda en Granada y la tercera en Baracaldo, a los que hay que añadir esa otra persona que en Burjasot se tiró por un balcón y que sufrió múltiples fracturas. Es de desear que la cosa pare aquí y que no tengamos que lamentar más víctimas mortales pero con los efectos de la crisis y la mala sangre de los banqueros es muy posible que tengamos que lamentar el que ocurran sucesos como los antes citados. Está claro que los que están sufriendo las consecuencias de la crisis son la clase media, hoy ya extinguida, y no los que la crearon: Los banqueros. Hasta el Tribunal de Justicia de la Unión Europea considera ilegal la ley española de desahucios, pero por lo visto los que la tienen más a la vista, los políticos, algunos, los que hoy tienen el poder gubernamental, no se han dado cuenta de ello.
Esto solo puede solucionarse si los políticos, todos, y principalmente los que gobiernan, se ponen de acuerdo para arbitrar medidas tendentes a erradicar estos abusos buscando fórmulas para evitar los desahucios y que la dación en pago sea la que marque el punto final del impago de una hipoteca, que no se hace por capricho sino por el hecho de que las familias españolas han visto mermados y en muchos casos desaparecidos sus ingresos y no pueden hacer frente a unos compromisos que adquirieron cuando todo era normal y podían cargar con el pago de una hipoteca. El sol lucía y de pronto aparecieron negros nubarrones que dejaron caer una lluvia que provocó una riada que arrastró a todos los que pillaba a su paso, en especial a los que no disponían de una tabla a la que agarrarse, es decir a la clase media, por que las clases altas, las que provocaron la terrible y trágica lluvia, estaban a salvo porque disponían de “salvavidas”. Si Zapatero y Rajoy fueron capaces de reformar la Constitución en solo siete días, Rajoy y Rubalcaba deben ser igual de diligentes a la hora de modificar el contenido de esa Ley de 1909 que regula las hipotecas.
Ya va siendo hora de que los políticos dejen de mirar sus números rojos en sus cuentas bancarias y dejen de pensar en las consecuencias que podrían sufrir si ponen a los banqueros en su sitio, temo que no se atrevan, lo presiento, y que dejen estos de atropellar y abusar de los ciudadanos esgrimiendo unos contratos que estos les firmaron donde la letra pequeña ocultaba esa lluvia mortífera que se está llevando sus hogares y dejándoles en situaciones calamitosas. Que se reúnan, que se muestren breves y ágiles a la hora de tomar acuerdos y aplicar medidas que al menos por una vez beneficien o hagan justicia a los ciudadanos, que por una vez el pueblo no se lleve los palos que se está llevando cuando no es culpable de lo que está ocurriendo, esta situación es insostenible y más cuando la gente llega hasta el extremo de quitarse la vida. Que actúen, el Gobierno principalmente, con la misma prontitud y magnanimidad que tuvo Hacienda con la familia Botín cuando les “descubrieron” los mil millones que tenían depositados en un banco suizo. La intención que apunta Rajoy de aplicar una moratoria de dos años del pago de intereses y capital o de frenar temporalmente los desahucios, son soluciones de pan para hoy y hambre para mañana o de engordar para morir. La cosa es mucha más profunda y por tanto requiera la adopción de medidas de gran calado tendentes a acabar con los abusos a los que los banqueros están sometiendo a los ciudadanos en todos los órdenes, intereses de demora, comisiones, etc., pero por muchas medidas que de tipo financiero se apliquen no servirán para nada si de una puñetera vez no se llevan a cabo actuaciones serias tendentes a crear empleo, porque las aplicadas hasta ahora han sido un rotunda fracaso ya que solo han servido para que haya más despidos.
Por una puñetera vez, que los políticos y en especial el Gobierno, hagan algo por los ciudadanos que propicie el sacarles de una situación de agobio y angustia. ¡¡Hagan algo, joder!!