Nuevas observaciones del telescopio espacial WISE de la NASA sugieren que la familia de asteroides Baptistina, que algunos científicos consideraban responsable de la desaparición de los dinosaurios, no sea la causa. La procedencia del asteroide continúa así siendo un misterio.
Nuevos datos recogidos por la misión del explorador infrarrojo de campo amplio de la NASA (WISE, por sus siglas en inglés: Wide-field Infrared Survey Explorer) parecen descartar la teoría que apuntaba a una determinada familia de asteroides como responsable de la desaparición de los dinosaurios.
“Tras la investigación del equipo científico del WISE, la desaparición de los dinosaurios continúa siendo un caso sin resolver”, declara Lindley Johnson, director del Programa de Observación de Objetos Cercanos a la Tierra (NEO, por sus siglas en inglés) de la sede de la NASA en Washington (EE UU).
La teoría, planteada en 2007, defiende que hace unos 160 millones de años, el asteroide denominado Baptistina colisionó contra otro del cinturón principal, situado entre Marte y Júpiter. Tras el impacto, fragmentos de enormes dimensiones se esparcieron y uno de ellos terminó impactando contra la Tierra y causó la extinción de los dinosaurios.
«Con la luz infrarroja, el WISE ha podido realizar unos cálculos más precisos y ha puesto en tela de juicio los datos temporales de la teoría sobre la familia Baptistina. Con los cálculos iniciales realizados con luz visible, se estimó el tamaño y la edad de los miembros de la familia Baptistina. Ahora sabemos que estos cálculos no fueron precisos”, explica Johnson.
La duda que se plantean los astrónomos ahora es la procedencia de dicho asteroide, a que familia pertenece y cómo acabó en la Tierra. “Estamos trabajando en la elaboración de un árbol con las familias de asteroides”, comenta Joseph Masiero, autor principal del estudio.
“Hace 65 millones de años, los fragmentos formados tras la colisión no tuvieron tiempo para viajar hasta una zona de resonancia donde la gravedad de Júpiter y Saturno los habría disparado hasta la Tierra”, afirma Amy Mainzer, coautora del estudio y principal investigadora del NEOWISE del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena (California, EE UU).
Tamaño y reflectividad
Las observaciones realizadas por WISE detectan la luz infrarroja procedente del asteroide que, a su vez, está relacionada con su temperatura y tamaño. Una vez que se conoce el tamaño, la reflectividad del objeto puede recalcularse combinando datos de luz infrarroja con datos de luz visible anteriores. Si se desconoce la reflectividad de la superficie del asteroide es difícil establecer de manera precisa su tamaño.
Para realizar el estudio el equipo del NEOWISE midió la reflectividad y el tamaño de unos 120 000 asteroides del cinturón principal, entre los que se encontraban 1056 miembros de la familia Baptistina. Los científicos calcularon que el ancestro original de esta familia estalló hace aproximadamente 80 millones de años, la mitad de lo que se planteó inicialmente.
Los nuevos resultados han revelado que un fragmento del asteroide original de la familia Baptistina necesitó menos tiempo para colisionar con la Tierra del que se pensó en un principio – solo unos 15 millones de años – y para causar la extinción de los dinosaurios.
SINC