Desde que Zapatero comunicó oficialmente que no serÃa candidato del PSOE en las próximas elecciones generales, se ha convertido en un inane consumidor de palabras. Concretamente, en el pasado Debate sobre el Estado de la Nación, empleó los tres dÃas despidiéndose emotivamente, pero sin la más mÃnima intención de marcharse. Situación que posiblemente se mantenga hasta que Freddy P. Rubalcaba decida la hoja de ruta a seguir con fechas incluidas.
Actualmente, cualquier reunión de los órganos del partido a la que asiste el presidente del Gobierno, termina convirtiéndose en unos juegos florales, aderezada con todo tipo de alabanzas, encomios y ridÃculas adulaciones dedicadas al lÃder socialista por parte de sus más dilectos colaboradores.
En el partido socialista ya son muchos los que critican y detestan la desastrosa gestión realizada por ZP. Miles de sus dirigentes, tras la debacle electoral en municipales y autonómicas del 22-M, han perdido su “modus operandi†y pasado a engrosar las filas del paro, entre otras razones, por carecer de profesión alguna antes de dedicarse a la polÃtica. Cifra que se verá sensiblemente incrementada con el posible fracaso del PSOE en la generales.
Todos estos acontecimientos están generando un preocupante enrarecimiento del clima interno del partido. La lucha por mantener o lograr un puesto es feroz. Perder el poder y pasar a simple militante de base mendigando un empleo, amargante.  Ese deteriorado mal ambiente, aunque a otro nivel, también afecta a Zapatero, que cada dÃa soporta peor las comparaciones que aparecen en los medios, con su antecesor Felipe González. Aunque las citadas comparaciones son odiosas, no es menos cierto que todo parecido entre González y Zapatero es mera coincidencia. De dichas puyas, no  se libra ni el mismÃsimo Rubalcaba al que jocosamente da consejos.
Nuestro desnortado, abrumado, encanecido y desesperado presidente, continua empecinada en pasar a la historia, lo que provoca en cÃrculos próximos a la Moncloa, sabedores de su ansiado y recóndito deseo, admiten su paso a la posteridad como tanto anhela pero como “el más negado de los gobernantes españolesâ€.
Para salir de la crisis que nos está devorando por los pies, son necesarios lÃderes con otro carisma, pero nunca con elementos de la categorÃa intelectual de nuestro presidente. Todo lo que España necesita para salir del pozo jamás podrÃa proporcionarlo un polÃtico como Zapatero. Ahora mismo está instalado en la más absoluta irresponsabilidad, que de prolongarse hasta marzo, 2012, supondrÃa una tragedia para el paÃs, tanto social como económicamente. ¡¡Tiempo al tiempo!!