EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Parece ser que el “escándalo” que si dio en la capilla del campus de Somosaguas de la Universidad Complutense de Madrid donde cuatro jóvenes se desnudaron de medio cuerpo para arriba, está de algún modo en vías de que tamaña ofensa sea reparada. Se han celebrado actos de desagravio y los cuatro jóvenes fueron detenidos por la policía como presuntos autores de un delito contra la libertad de conciencia y el sentimiento religioso. Han tenido suerte estos jóvenes de que ya no exista el Tribunal de Orden Público pues de haber sido así sin duda alguna les habrían puesto a disposición de este “glorioso” tribunal franquista.
La verdad es que hay hechos que son “escandalosos” y eso de desnudarse de medio cuerpo para arriba en una capilla, y más si es de signo católico, es un acto blasfemo al que hay que poner coto cuanto antes mejor. Dicho esto, quiero señalar que el pasado día 17, por cierto día de mi cumpleaños, el periódico Información de Alicante publicaba la noticia, con foto incluida, de que el escultor de Medina del Campo, Ricardo Flecha, ha creado una obra que, según este diario, no ha dejado indiferente a nadie en la localidad vallisoletana desde que se mostró al público el pasado día diez. Se trata de una iconografía hasta ahora inexistente ya que el Cristo está desprovisto, como se puede ver en la foto que ilustra la noticia, del paño de pureza habitual en estas esculturas. Este paso desfilará el próximo nueve de abril. Hasta aquí la información periodística.
Hay que señalar que el imaginero, como se puede comprobar en la foto, no ha escatimado material pues la imagen luce un pene bastante aceptable aún a pesar de que el mismo está “en su lugar descanso” y no en posición de “firmes”, por lo que a pesar de que cuando, como es el caso de la imagen, está recorriendo el Vía Crucis camino del monte Calvario recibiendo latigazos y cargado con una cruz, la verdad es que no debe estar uno para muchos “entusiasmos”, la imagen puede presumir de poseer un “paquete” bien proporcionado. Con unos vaqueros bien ajustados podría causar furor entre las mozas. Hasta tal punto es así que cuando alguna beata lo contemple puede sufrir algún desmayo o un ataque de ansiedad.
Lo que no se indica en la información periodística es donde va a ser depositada la imagen después del desfile procesional del 9 de abril, si en una iglesia o en un convento de monjas de clausura. En fin, las autoridades eclesiásticas decidirán lo que proceda. Tampoco se detalla si el autor se ha inspirado en algún personaje civil o religioso a la hora de tallar esa “enorme” demostración de masculinidad. Tampoco se dice nada de si cuando sea visitada esta imagen por los fieles y también por los curiosos, pues la “cosa” es digna de ver, la misma debe ser besada como ocurre con otras tallas sagradas. Ya se sabe, unas en los pies, otras en las manos, otras en la espalda y si esta debe ser besada en…salva sea la parte. Tampoco se señala que esta talla sea motivo de escándalo como el de la capilla de la Universidad Complutense de Madrid y si su creador va a ser detenido “por un delito contra la libertad de conciencia y el sentimiento religioso” como les ha ocurrido a esos cuatro jóvenes. No obstante no creo que para que una vez que la Iglesia Católica “se lanza” deba ser motivo de crítica, aunque el término medio se lo haya pasado por el forro con semejante despelote. Aunque se trata de un despelote celestial. Muy posiblemente muy pronto veremos en los municipios turísticos playeros asistir a misa yendo las mujeres en bikini con solo la prenda inferior, los hombres en tanga y el cura vestido con unas bermudas y una camisa floreada. Esto es cosa de Rouco. Seguro. A este “progre” hay que cortarle las alas o no sé donde van a ir a parar las reglas éticas y morales de la Iglesia Católica.