Las decenas de millones de euros que se gastarían en hacer un referéndum para limitar el déficit, podrían ser utilizados de forma más humanitaria y enviarlos a países donde la gente se muere de hambre, como Somalia (el llamado cuerno de África).
Hacer un referéndum costaría muchísimo dinero y tal como están las cosas es mejor emplearlo en cosas más urgentes. La lista es larga y es por todos conocida.
Tampoco es cierto que anteriormente no se haya modificado la Constitución: en el año 1992 se modificó para adaptarse al Tratado de Maastricht.
Lo cierto es que esta reforma establece un límite para el déficit público (no se puede gastar ni endeudarse más de lo que se produce), con criterio sobre la deuda, y que contempla como excepción problemas de causa mayor. “Cuando haya recesión, un desastre natural o una catástrofe que exija medidas de estímulo”, como dijo la ministra Salgado, con lo que se limitan las acciones de esta reforma en favor de los intereses estratégicos del Estado.