Actualmente, se sabe que son nueve los países que poseen armas nucleares: Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, China, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel.
Al parecer este año, o a inicios de 2013, también se sumará un nuevo integrante a este grupo: Irán. Eso si antes no es atacado por Israel o Estados Unidos, aunque los expertos están de acuerdo en que estos supuestos ataques solo retrasarían unos meses la puesta en marcha de la primera bomba atómica de Irán. Ante la inminente llegada del país de los ayatolás al grupo de los «nucleares», cambiará este hecho el panorama político – militar de la zona de Oriente Medio.
Si bien el Estado de Israel había mantenido a raya a los demás países musulmanes en aquella zona, contra posibles ataques; ahora, en cuestión de meses, estaremos hablando de que Irán, al poseer armas nucleares, presionará e impondrá sus condiciones en Oriente Medio. Precisamente, las armas nucleares hicieron de Israel el «amo y señor» toda esa zona. Pero, al parecer, eso pronto cambiará. Israel era (o es) literalmente el director de aquella obra teatral donde se juegan muchos intereses económicos, políticos y militares. Con la llegada de un nuevo director (Irán) tan antagónico a los intereses israelíes no se sabe en qué va a terminar aquella obra. Y peor aún si los actores son países gobernados por grupos radicales como Hamas y otros que no ven con buenos ojos que el director sea Israel. Todos estos cambios, entonces, favorecerán a Irán, que ya de por sí tiene el apoyo moral de los demás países de la región.
Cabe recordar que los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, están conformados por cinco de los nueve paises que poseen armas nucleares: Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido y China. Es decir, que quién vela por la seguridad mundial son estos cinco países. Bueno, no es para echarse a temblar pero estos cinco países no son exactamente pacíficos. Si hacemos un poco de memoria, recordaremos que EE.UU. invadió Iraq; Rusia mantiene una fuerte influencia militar en sus antiguos países «satélites»; China es el principal importador de petróleo de Irán y Reino Unido acaba de enviar un poderoso contingente militar a las Islas Malvinas, incluído el príncipe Guillermo, a expensas de un reclamo del gobierno argentino por la soberanía de las islas. Y, además, estos países son los principales vendedores de armas de todo el mundo.
Por lo mencionado, creo que la seguridad de las naciones está lejos de garantizarse con estos miembros permanentes. Pero los hechos históricos, luego de la Segunda Guerra Mundial, hicieron que se ordenará de esa manera el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas hasta nuestros días.
La dialéctica nuclear está conformada por las voces de aquellos países que poseen armas nucleares. Con poseer estas armas de destrucción masiva ya se forma parte de dicha dialéctica que, en la práctica, es la que con sus políticas influyen en los demás países. Irán pronto se sumará con su voz a esta dialéctica nuclear y, desde luego, traerá muchas consecuencias. A Occidente no le hace mucha gracia que un país exportador de petróleo, de la magnitud de Irán, posea armas nucleares. A Occidente no le gusta que le impongan condiciones, sino, por el contrario, imponerlas, como ocurrió con Iraq.
Lo sombrío de este asunto es que Irán no reconoce el Estado de Israel, y su presidente Ahmadineyad se ha mostrado muy beligerante con aquel país. Recordemos, también, que Irán es una república teocrática: los ciudadanos eligen a sus gobernantes, pero son los ayatolás los que en última instancia autorizan y deciden por encima del poder político. Y son los ayatolás los que, en sus discursos, instan al enfrentamiento (o defensa) más que a la paz.
Los pronósticos no auguran un futuro pacífico en la zona. En principio, se espera que una vez concluída la bomba atómica iraní, éstos impongan sus condiciones en Oriente Medio; condiciones políticas y económicas, sobre todo. Aunque antes de eso, en las próximas semanas, o meses, se vuelva a incidir en un ataque israelí o estadounidense a objetivos nucleares iraníes. A este respecto, se conoce por fuentes de la C.I.A. y de el Mossad, que dichos objetivos se encontraría varios metros de profundidad bajo tierra, con lo que sería muy difícil dar con ellos. Sin contar con el asesinato, por parte de «fuerzas externas» de varios científicos iraníes del programa nuclear durante estos últimos años.
No es para ponernos apocalípticos, ni hacer caso a los mayas, pero la amenaza de una guerra nuclear sería catastrófica no solo para Oriente Medio, sino para todo el planeta. Ya en el final de la Segunda Guerra vimos las consecuencias sobre Hiroshima y Nagasaki. Esperemos que la historia no se vuelva a repetir.
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*Imagen obtenida de Google.