Estamos en un país extraño donde todo parece estar sujeto a subvenciones si no es así da la impresión de que no sabemos poner en marcha ningún proyecto, recientemente alguien me dijo necesito una subvención para mi película ,otra persona me comento necesito una subvención para poner en marcha una revista, quiero montar una obra de teatro ,un ballet ,una zarzuela y para todos los proyectos culturales necesitan ayudas públicas ,para construir colegios ,hospitales ,e incluso a hacerse cargo de deudas de clubes deportivos de todo tipo.
El dinero público aparece por todos los lados lo cual no sé si es bueno o malo pero es así, que triste cuando el estado extiende sus tentáculos cada día a mas lugares de la sociedad, lo cual creo que no será bueno para las mentes emprendedoras que al verlo todo mal, desisten de intentarlo.
Dicha situación me ha recordado a confundió cuando propugnaba aquello de que el estado protector velaba por tus intereses, no sé si será así, pero a mí, no me gusta que se metan en mi existencia ya me cuesta bastante mantenerme en un cierto orden lógico, para que nadie venga a decirme como debe discurrir mi existencia, bastante tengo ya con capear todo los sucesos que día a día llevo en mi alma.
Para que venga el estado a decirme como debo pensar, sentir, leer, oír, ver, ect…
Es horrorosa la idea de sentir todos igual, todos pensando lo mismo, interesándonos por el mismo tipo de cosas, como si se tratara de uniformar todo.
Imaginemos todos oyendo la misma música que horror, viendo los mismos programas, recibiendo la misma información…
La crítica en la sociedad actual es tachada de algo casi subversivo ,las cuatro veces que he intentado meterme en política he salido escaldado ,pues lo primero que me piden es que me afilie al partido y pague mi cuota ,uno que es de pagar lo justo ,se escuda en aquello de que para defender una idea filosófica y política no hace falta pagar ,mas bien creer en aquello que se defiende ,el dinero esta para cosas importantes como la salud, y otros servicios básicos agua ,luz y teléfono.
Pagar por defender tus pensamientos suena absurdo, raro incluso suena a pertenencia a un club determinado pero de carácter filosófico, no suena bien.
Las convicciones se tienen que defender porque se cree en ellas, sin necesidad de pagar, ni de seguir a un determinado líder cual secta, donde todos asientes felices y obedecen ciegamente al líder aunque este no tenga carisma…