Cada vez que me fijo en la situación en que se encuentran personajes tan respetables como Urdangarin, Correa, ‘el Bigotes’, Bárcenas, Blesa y todos los relacionados con casos de presunta corrupción y compruebo con qué severidad están siendo tratados por la Justicia me invade una especie de temor y pienso qué es lo que podría ocurrir si esto me sucediese a mí o a otro ciudadano normal, como son los antes citados.
El Imperio Contraataca… Foto: oseilloNo obstante siento una cierta tranquilidad cuando veo que hay mecanismos legales para evitar la indefensión de los ciudadanos ante la Justicia y compruebo la efectividad de los mismos. Ahí tenemos el caso Blesa, cuyo defensor interpuso un incidente de recusación contra el juez Silva al dudar de su “imparcialidad” y por entender que sus decisiones revelan “un interés personal, director e indirecto” en la causa, así como una “enemistad manifiesta” que lleva a pensar que actúa más como “denunciante” que como un instructor independiente. El caso es que el recurso ha prosperado y de momento al juez Silva le han apartado del caso Blesa. Digo si ese “interés personal, directo e indirecto” y esa “enemistad manifiesta” y el dudar de su “imparcialidad”, no vendrá dada por el hecho de que en alguna ocasión el juez Silva le pidiera algún crédito, como hizo Díaz Ferrán, a Miguel Blesa cuando este era presidente de Caja Madrid y no se lo concediera o bien le “endilgaron” algunas participaciones preferentes y esto es lo que hace que el juez no se muestre “imparcial” y tenga un “interés personal, directo e indirecto” y una “enemistad manifiesta”, aunque el juez ha declarado que no conoce de nada a Blesa, que le lleva a actuar como “denunciante” más que como un instructor independiente.
No, no estamos indefensos los ciudadanos ante la justicia, tachando de “imparcial”, de tener un “interés personal, directo e indirecto”, de “enemistad manifiesta” y de actuar como si fuera el “denunciante”, puedes ir “despachando” juez tras juez, algo muy parecido a lo de Carlos Fabra. Pero hay más motivos para recusar a un juez, hay uno en el que si se diera la circunstancia de que el juez es bizco, lo puedes recusar porque te “mira mal” y no confías en su imparcialidad.
Pero los ciudadanos que podamos ser sospechosos de haber cometido algún delito, contamos con más medios para defendernos del mal trato de la Justicia. Sin ir más lejos te puede defender la Abogacía del Estado o la Fiscalía tal y como han hecho en el caso Urdangarín con la esposa de este, la Infanta Cristina, evitando que esta fuera imputada en el caso por el cual se investiga a su marido. O bien que ocurra como en el caso de Miguel Blesa que estuvo en prisión en dos ocasiones, hoy está en su casa, por orden del juez Elpidio José Silva a lo que la Fiscalía se opuso y amenazó con plantear una querella contra el juez por ordenar tal cosa. Puede ocurrir como en el caso de las preferentes en las cuales la Fiscalía se ha pronunciado avalando la legalidad de estas, que efectivamente lo son, pero cuya legalidad ha provocado una serie de ilegalidades, estafas y engaños, como para que hubiera más de un banquero en “chirona”. Pero esto último ya no debe preocupar a nadie la Abogacía del Estado y los fiscales y muy posiblemente las Audiencias Provinciales si adoptan la misma doctrina que la de Madrid, nos defienden igual que a la Infanta y a Blesa que son, como nosotros, ciudadanos normales. Siempre queda presentar un recurso basado en los mismo términos que el planteado por el defensor de Blesa, sin olvidar lo del juez “bizco”, esta circunstancia puede ser determinante para ganar el recurso. Lo del juez estrábico deberá incluirlo Gallardón en su reforma de la Justicia. También la Fiscalía Anticorrupción se ha opuesto a que Aznar se presente como testigo en el caso de los sobresueldos del PP. Por otro lado la Fiscalía de Alicante está empeñada en que la mujer de Benejúzar (Alicante) que prendió fuego y mató al hombre que violó su hija, ingrese en la cárcel de inmediato cuando hay muchos ciudadanos que no están de acuerdo y piden el indulto para ella. La verdad es que últimamente la actitud de la Fiscalía tiene muy confundida a la mayor parte de la opinión pública.
En cualquier caso hemos asistido al nacimiento de lo que podríamos llamar la “Doctrina Blesa”. A partir de ahora todo aquel que esté siendo investigado por un juez o vaya a ser juzgado puede acogerse a esta doctrina y sin mayores problemas y trámites burocráticos, puede, no ya solamente recusar al juez, sino que podrá elegir al juez y al fiscal que mejor se ajuste a sus intereses. Esto será una cuestión de puro trámite ya que su petición será atendida de inmediato.