Hoy es forzoso día de apostillas a lo que sucedió el domingo. Fue éste de Resurrección, momentánea, para Rajoy, cuyo nombre no figura en mi santoral, pero al que felicito; para el PP, de lo que me congratulo; y, sobre todo, para España, que quizá esté aún a tiempo de levantar cabeza. Para el PSOE, en cambio, fue ese domingo Viernes de Pasión y Primera Estación -¡por fin!- del vía crucis que Cejapé merece y que, tras subir al Calvario de las europeas, lo conducirá en las generales al Gólgota político que se ha ganado a pulso. ¡Mal karma lo parta! Confío en que no resucite al tercer día, en que su cuerpo glorioso no comparezca ante las Santas Mujeres (Bibiana, la Chacón, Maleni, María Teresa… ¡Tiene tantas!), en que ninguna de ellas enjugue con el paño de la Verónica el sudor frío que de seguro perlaba anoche la frente de su Santa Faz y en que no desate un Pentecostés de lenguas de fuego sobre la coronilla de los discípulos amados. Pepiño, Petit y Suso de Toro lloran al pie de la Cruz. ¿Será todo esto esperanza vana y voluntarismo miope? Quizá, pero lo del PSOE es, de momento, Pasión segura y Crucifixión probable no sólo por el naufragio de su Prestigio gallego, sino también, en contra de lo que sus comandos dicen, por el triunfo del señor López. Sabido es que existen victorias agrias y Vitorias pírricas. Lo del País Vasco es para Ferraz una encerrona, una patata al rojo, un dilema cornuto. Cerrar el paso al PNV significa perder su apoyo en las Cortes, quedar como la Chata fuera de Vasconia y conculcar la regla de que forme gobierno el partido más votado. Algo, por otra parte, que los socialistas ya hicieron en Galicia, y así les ha ido, y hacen aún, desvergonzados siempre, en Cataluña. Coaligarse con el PP obligaría a dejar de llamarlo facha y a abandonar la política de permanente crispación que ha sido el eje de la estrategia de Zapatero desde que llegó donde está. Y, por último, caso de que los suyos no consigan, y ojalá sea así, el vigésimo quinto diputado, ¿cómo recabar el apoyo de quien se ha comprometido a no descender a pactos con quienes no tengan el valor de devolver las competencias de Educación al lugar de donde nunca deberían haber salido? ¡Imagine usted, señor presidente de Vandalia, el ZiPiZaPe que se desencadenaría si hiciera eso! No sólo ardería Euskadi, sino también Cataluña. Termino ya. Hace unos minutos he enviado a Rosa Díez un SMS de cinco palabras. ¡Ultreya! ¡Gora! ¡Viva! Y enhorabuena. Dicho queda.
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Sobre el Autor
Jordi Sierra Marquez
Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.