Desde que comenzó la crisis los españoles de a pie, los que estamos pagando los platos rotos, nos estamos preguntando dónde puede estar el dinero ya que ni se lo ha llevado el viento ni se ha quemado a pesar de que ha habido algunos pirómanos dirigiendo ciertas entidades bancarias, pero en el fondo todos pensamos que el dinero lo tienen, aunque parezca una perogrullada, los receptores finales. Siempre hay receptor final.
Creo que lo que todos nos barruntábamos no era una quimera sino una certeza. Recientemente la prensa ha publicado un informe elaborado por Forbes en el que se dice que sólo treinta familias se reparten gran parte de la riqueza en España, que las enormes fortunas siguen siendo un asunto de familia, ya que estos grandes grupos empresariales acumulan entre sus miembros hasta 32.000 millones de euros y que entre solo tres familias acumulan 11.200 millones. A nivel individual hay que señalar que el primer lugar y en lo que concierne a España, figura Amancio Ortega (Inditex) que acumula una fortuna de 47.600 millones de euros, le sigue Juan Roig (Mercadona) -el que dijo que los españoles teníamos que trabajar como chinos- con un capital de 5.600 millones de euros y en tercer lugar la hija de Amancio Ortega, Sandra Ortega, con 5.400 millones de euros y en cuarto lugar Rafael del Pino (Ferrovial) que “atesora” 5.300 millones de euros luego les siguen siete españoles más con una fortuna que va desde los 1.950 millones a los 3.000 millones de euros.
La mayoría de esas familias/empresas, según la prensa, han salvado sus ganancias durante la crisis gracias, según el informe, a la internacionalización de sus bienes, especialmente en Holanda, Luxemburgo y Suiza. Los que han depositado sus bienes en Suiza no deben haberlo hecho con malévolas intenciones, estoy seguro de ello, lo han hecho así porque es un país con un clima fresco y sabido es que los alimentos se conservan mejor en un sitio donde el calor no pueda deteriorarlos y nadie me puede negar que el dinero es la madre de todos los alimentos y que hay que mantenerlo en las debidas condiciones a fin de que a la hora de consumirlos no exista riesgo alguno para la “salud fiscal” de los que lo poseen.
También nos dice el citado informe que veinte españoles se encuentran entre las cien mayores fortunas del mundo. Esto es para que nos sintamos orgullosos y podamos presumir de ricos aunque los españolitos de a pie no tengamos un “duro” pues también presumimos de ser campeones del mundo gracias a la “roja” sin que ninguno de nosotros le haya dado un solo puntapié al balón. De entre esos ricos alguno ha decidido aportar algunos millones para ayudar a los emprendedores pero los mal pensados se preguntan que donde está el truco. La verdad es que somos desconfiados por naturaleza. ¿Por qué será?
El citado informe ha venido a aclararnos que el dinero está ahí que ni se lo ha llevado el viento ni ha sido pasto de las llamas y no solamente lo poseen estas treinta familias, hay otras muchas familias que en menor escala también disponen de un capital importante.
Yo, la verdad sea dicha, me alegro de que la riqueza esté hecha una piña, si la riqueza está muy repartida salimos todos a muy poco y al final no vale la pena, aunque existe la máxima de que la riqueza hay que repartirla también existe esa otra que dice que la riqueza no se reparte: se acapara. Muy posiblemente la euforia, un tanto extraña de Montoro, muchos se preguntan que qué es lo que fuma, si fuma, el ministro de Hacienda, venga dada por este informe y por lo que dice Botín.