Es el tÃtulo de un interesante artÃculo publicado por el catedrático GarcÃa Montalvo en «Negocios». En el epÃlogo dice: los medios de comunicación deberÃan ser un poco más cuidadosos cuando seleccionan sus «expertos economistas». Esto permitirÃa evitar, al menos en parte, la sensación de que la EconomÃa no tiene bases cientÃficas después de oÃr argumentos disparatados o interesados…
Ciertamente hoy en dÃa parece que todo el mundo es un experto economista… ¿Recuerdan la anécdota del chófer de Einstein? HabÃa escuchado tantas veces las conferencias del maestro que fue capaz de suplantarle en una de ellas. Albert Einstein tenÃa un gran sentido del humor… e intercambiaron sus puestos… y cuando al acabar el acto le hicieron (al chófer) una pregunta de cuya respuesta no tenÃa (evidentemente) ni idea, contestó: «Su pregunta es tan sencilla que estoy seguro de que hasta mi chófer podrÃa contestarla, asà que dejaré que sea él mismo quien lo haga».
Galbraith dijo: «Hay dos clases de economistas, los que no saben nada y los que no saben ni eso».
Como indica GarcÃa Montalvo:  «Alguien ajeno a la profesión, o asiduo a las tertulias de los medios de comunicación, podrÃa pensar que en EconomÃa todo vale«… Nada más lejos de la realidad.
Recordemos por último a Joan Robinson: «El principal motivo para estudiar EconomÃa es aprender a evitar ser engañado por los economistas«.
Por algo lo dirÃa…