EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
No, no se trata de aquello de llévese dos y pague uno, ni tampoco de ningún “aflojalotodo”, no, el título de esta reflexión no se centra en nada de eso, el titular se refiere a los dos protagonistas políticos de la semana: A Francesc Camps, presidente de la Generalitat Valenciana y a Federico Trillo, ex ministro de defensa. ¿Por qué era él el ministro de Defensa cuando lo del Yak-42? ¿No?
El primero, Camps, ha sido protagonista por su comparecencia ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) para declarar sobre el “caso GÁ¼rtel”. De todo lo acontecido antes, durante y después de esta comparecencia ante el juez, lo que más me ha llamado la atención, la verdad es que es lo único que manifestó al salir del edificio del TSJ, es lo siguiente: “Ya he contado la verdad”. Puestas así las cosas habría que preguntarle a Camps, si la verdad que le dijo al juez fue de la que él no conocía a Álvaro Pérez, “El Bigotes”, ni sabía que existía la empresa de éste, Orange Market, como nos dijo a todos los españoles, especialmente a los valencianos, nada más saltar a la palestra este feo asunto, para posteriormente enterarnos todos de que “El Bigotes” era su “amiguito del alma” y que además era considerado como una amistad muy íntima entre la familia del presidente. ¿Cuál de las dos versiones será la verdadera verdad -perdón por la redundancia- que el presidente Camps ha contado al juez? ¿Por qué negó Camps, a “El Bigotes” como hizo Pedro con Jesús? Grave es lo de los trajes, pero lo más grave es que Camps ha mentido. El ex presidente de los EEUU, Richard Nixon, dimitió de su cargo por que le mintió a los ciudadanos norteamericanos.
Por otro lado tenemos el protagonismo de Federico Trillo, en la sentencia dictada por el juez del caso del Yak-42. Es curioso que no habiendo ni tan siquiera llamado a declarar, millones de españoles opinan que debió ser llamado a tal fin, haya sido el “chico de la película” y del que más se ha hablado en estos días a raíz del fallo del tribunal. La reacción de Trillo, ha sido la de presentar a su jefe Rajoy, a su jefa María Dolores de Cospedal y a su tercera jefa, Soraya Sáenz de Santamaría, la dimisión como portavoz del PP en la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados, no, de renunciar al escaño nada, eso significa mucho para la supervivencia de Trillo. Los tres se negaron a aceptar su ofrecimiento. Pero cuando se trata de una decisión personal, como es el caso, no tiene que estar sujeta a que otros la entiendan o no. Es una decisión propia y basta. Es más, a través del discurrir de los tiempos se han dado millones de decisiones como estas, muchísimas se han hecho con carácter irrevocable, pero esto se suele hacer cuando existe una verdadera intención de dimitir y no sé por qué tengo la sensación de que esto de irrevocable no ha llegado Trillo ni a planteárselo. Pero está claro que cuando de verdad se quiere dimitir se dimite. Como dijo Hegel: “El querer del hombres es esencialmente libre; es libre en cuanto es querer”.