Para sostener el desarrollo cientÃfico iberoamericano hay que cultivar el interés y mejorar la educación cientÃfica, dice Carmelo Polino.
Pese al crecimiento económico que en los últimos años registró América Latina y al impulso que eso provocó en las estructuras de investigación cientÃfica regionales, Carmelo Polino, investigador del Centro de Estudios en Ciencia, Desarrollo y Educación Superior de Argentina, alerta sobre los problemas que tiene la región para mantener esos avances.
Apoyar y mantener el desarrollo logrado en la región supone contar con una “creciente demanda de personal altamente calificadoâ€, dice Polino en un artÃculo publicado en el portal RSC (1 de agosto), la mayor organización europea para el avance de las ciencias quÃmicas.
Sin embargo, agrega que mientras la cantidad de graduados en ciencias sociales aumenta año a año, la de graduados en ciencias se estancó o disminuye.
Para entender estas cifras y dar solución a la situación, hay que prestar atención a las causas.
Un estudio de la Organización de Estados Iberoamericanos que encuestó a 9.000 estudiantes de secundaria de siete ciudades de la región (Asunción, Bogotá, Buenos Aires, Lima, Madrid, Montevideo y São Paulo), concluyó que pocos estudiantes consideran la ciencia como una potencial carrera y que muchos menos están interesados en estudiar ciencias naturales y exactas.
El desinterés de los jóvenes se debe a que consideran que la ciencia “no es una opción viable o deseableâ€.
Las causas no están relacionadas con una percepción negativa de la ciencia ni dependen de variables sociodemográficas, sino que “se explican por los hábitos de consumo de información y la percepción sobre el valor de las clases de ciencia en la escuelaâ€.
Los estudiantes que tienen una impresión positiva de las carreras cientÃficas son aquellos que tienen una mayor exposición a ciencia y tecnologÃa a través de la televisión, Internet, revistas y libros, museos, pelÃculas y más.
Por lo tanto, “parecerÃa que estos dos factores son los más importantes: interés y educaciónâ€, siendo este último —especÃficamente la enseñanza y didáctica de la ciencia en el aula— el más decisivo.
“Infraestructura inadecuada para aprender, carencia de habilidades cientÃficas de los docentes, mala relación entre la currÃcula de secundaria con la universidadâ€, son algunas de las razones de la mala calidad educativa en Latinoamérica.
La promoción de las carreras cientÃficas y tecnológicas demanda atención a las condiciones de la educación y enseñanza de la ciencia en las escuelas.
“Debemos reconocer que el futuro de la ciencia está atado al destino de la educaciónâ€, alerta Polino.
Enlace al artÃculo completo en RSC (en inglés)
SciDev.Net