Educación: piedra angular para el futuro
Millones de niños menores de seis años no asisten a la escuela. La educación en España es obligatoria y gratuita a partir de los seis años. Durante la etapa anterior acudir a la escuela depende de la voluntad de las familias y de su capacidad económica.
La educación es un pilar esencial para el futuro. Es en los primeros años de vida cuando los más pequeños empiezan a formarse. Aprenden a hablar, a expresarse, a entender poco a poco el mundo que los rodea. A lo largo de la historia han sido las familias quienes se han encargado de esta tarea. Sin embargo, con la introducción de la mujer al mundo profesional y las cada vez más extensas jornadas de trabajo, la educación infantil ha pasado a ser una labor de los abuelos y de las guarderías.
Los centros de enseñanza infantil han sido la mejor alternativa para muchos padres. Desde el Ministerio de Cultura y Educación se crearon y promocionaron escuelas destinadas a ayudar a las familias en la tarea de cuidar y educar. Gracias a las ayudas públicas y subvenciones las familias más desfavorecías podían brindar un futuro mejor a sus hijos. “La educación infantil es una etapa compensadora, una buena educación previene la exclusión”, explica Maria López, secretaria de la Asociación Junta de Portavoces de Educación Infantil Pública.
La crisis económica está acabando con buena parte de las prestaciones sociales. Los recortes en cultura, sanidad y educación afectan al presente y al futuro de nuestra sociedad. Las políticas de austeridad afectan a la educación, tanto a la obligatoria como a aquella destinada a los más pequeños. El precio de las escuelas infantiles públicas ha aumentado hasta un 170%. Los padres tienen que afrontar la subida del precio de matrícula, del comedor además de un plus si se trata de bebés. Sin embargo, las subvenciones para guarderías y centros privados siguen intactas.
Desde la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos han denunciado la privatización del sistema educativo. Los colegios y escuelas públicas se encarecen y muchos de ellos terminan cerrando sus puertas. El acceso a la educación primaria obligatoria es cada vez más difícil si los niños no han sido escolarizados con anterioridad. Saber leer y escribir son algunos de los conocimientos que se exigen a los más pequeños durante el primer curso de enseñanza obligatoria. Sin embargo, ¿quién enseña a esos niños que no han podido asistir a la escuela infantil y sus padres no han podido, por falta de tiempo o conocimientos, ayudarles?
Esta carencia es suplida cada vez más por los abuelos. Cuando los padres no cuentan con tiempo ni recursos suficientes para ocuparse de la educación de sus hijos los abuelos adquieren un papel esencial en la formación y en el futuro de sus nietos. Es en la casa de los abuelos donde muchos aprenden valores y conocimientos básicos. Educar desde el cariño en un entorno familiar ha sido y continúa siendo esencial en muchas comunidades. Recurrir a la ayuda de la familia para cuidar y acompañar a los niños en su época de crecimiento es una opción que se elige en muchos países del mundo. Institucionalizar la educación no tiene porque ser la única y mejor alternativa, pero debe ser una opción.
Con la subida de las tasas de las escuelas de educación infantil millones de niños y niñas verán mermado su futuro. Si bien la enseñanza no es obligatoria hasta los seis años, la etapa que precede es primordial en el futuro de los más pequeños. La formación y el cuidado durante los primeros años de vida son vinculantes para la formación posterior. De abuelos, padres, madres y escuelas depende el futuro de nuestra sociedad. Con educación sí hay futuro.