Con motivo de la celebración del VI Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo, organizado por la Fundación Universitaria San Pablo CEU, su director, Cayetano González, en su artículo titulado ‘El peligro del olvido’ escribía en El Mundo el 11.02.2010: «A medida que ETA vaya desapareciendo de nuestras vidas; a medida que se vaya acercando de forma inexorable el final para este grupo de asesinos que tanto dolor han causado en la sociedad vasca y española en los últimos 40 años –857 víctimas mortales y miles de heridos–, mayor tiene que ser la determinación de no olvidar lo inolvidable». De nuevo una cifra explícita que no incluye –no los puede incluir porque no fue ETA– a los 191 asesinados el 11-M. Continúa escribiendo: «No podemos olvidar lo inolvidable, decía unas líneas más arriba. En nuestro caso, eso significa que no podemos olvidar que por defender nuestra libertad, nuestro sistema de convivencia, nuestra Constitución, muchas personas lo han dado todo, hasta su propia vida. Miembros de la Guardia Civil, del Cuerpo Nacional de Policía, de las Fuerzas Armadas, de la Ertzaintza, de los Mossos d’Esquadra, policías municipales, políticos de UCD, AP, PSOE, UPN, PP, jueces, empresarios, periodistas, niños, ciudadanos sin ninguna adscripción política han sido vilmente asesinados por la banda terrorista ETA. Y, por si esto, no hubiera sido suficiente, el 11 de marzo de 2004, el atentado brutal con el resultado de 192 personas muertas y miles de heridas«. O sea, después de todo una exposición del terrorismo de ETA nombra el 11-M como una coletilla más, como un añadido difuso y confuso, omitiendo la autoría del terrorismo islamista de Al Qaeda. El miedo es libre y puede llevar a no pronunciar el nombre de la bicha, o del bicho. Desde luego, yo no me siento representado en un Congreso de Víctimas que no es capaz de llamar a las cosas por su nombre. Ni me siento representado en este artículo de Cayetano González, que no tiene el arrojo y la valentía suficientes de citar la autoría yihadista del 11-M.
Siguiendo con esta reflexión quiero mencionar el artículo de Baltasar Garzón y Dolores Delgado titulado TERRORISMO DE IDA Y VUELTA) http://www.elpais.com/articulo/opinion/Terrorismo/ida/vuelta/elpepusocdgm/20091220elpdmgpan_1/Tes
Baltasar Garzón es magistrado juez de la Audiencia Nacional. Dolores Delgado es fiscal coordinadora de Terrorismo Internacional. En este artículo (El País, 20.12.2009) hay una observación muy importante que voy a reseñar y referir más adelante con las palabras relacionadas con Josu Puelles, hermano del policía Eduardo Puelles asesinado por ETA. Escriben Baltasar Garzón y Dolores Delgado en el artículo: «…Y es que siempre, querámoslo o no, ha habido dos percepciones diferentes para el terrorismo local (ETA) y para el internacional o global (yihadista).»
Lo que quiero reseñar y referir es lo siguiente: En El Mundo (20.12.2009), bajo el titular Todas las víctimas de todos los signos se puede leer: Los carteles tienen sobreimpresos los nombres de «todas las víctimas del terrorismo de todos los signos: de ETA, de GAL, de Grapo, de Mendeku, de la Triple A, es decir todos los muertos por la violencia terrorista». Estamos ante un claro ejemplo de la percepción «local» del terrorismo. Percepción que habla de «todas las víctimas del terrorismo de todos los signos» y omite, sin embargo, el terrorismo islamista del 11-M. A no ser, claro está, que no sea un simple descuido, producto de la visión «local» informativa y formativa, y, por contra, sea una omisión deliberada para seguir poniendo el 11-M en la órbita de ETA.
Todo lo dicho hasta ahora en este escrito parece cuadrar con lo que el propio Aznar se ha visto obligado a reconocer en uno de sus libros, diciendo: «Debo reconocer que tal vez la opinión pública española no era lo suficientemente consciente, hasta el 11 de marzo, del alcance de la amenaza del terrorismo islámico, o por lo menos, no tanto como lo ha sido del terrorismo de ETA. Si es así, el Gobierno tiene sin duda una responsabilidad que asumir. Quizá los propios éxitos conseguidos en la lucha contra ETA en los últimos años nos ha llevado a bajar la guardia ante la amenaza fundamentalista.» (El País, 28.11.2004). Por cierto, tal y como el mismísimo Aznar dice, ¿ha asumido alguna responsabilidad el Gobierno al día de hoy? Su gobierno, claro. Sí, si, el Gobierno de Aznar de cuando el 11-M.
Voy a terminar haciendo una mención al libro ‘Vidas rotas’. «El libro ‘Vidas rotas’ recoge la memoria de los 857 asesinados por la banda» (El Mundo 04.02.2010) Es lo que escribe en su artículo -refiriéndose a ETA-, Ángeles Escrivá, a raíz de la presentación del libro. Para nada los asesinados el 11-M figuran en el artículo entre los 857 asesinados por ETA Ninguna mención. Otro golpe a los teóricos de la conspiración, a quienes, como consecuencia de las alucinaciones sufridas por su paranoia galopante, se les aparecieron etarras merodeando por los andenes.