El agua procedente del río Tajo ha empezado a cubrir esta mañana la turba del Guadiana en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, según ha informado en un comunicado el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y marino (MARM).
Tras recorrer los 90 kilómetros de la Tubería de la Llanura Manchega, entre Villanueva de Alcardete y Tablas de Daimiel, se han empezado a ver los efectos positivos de esta medida, que fue aprobada el 6 de noviembre de 2009 por el Consejo de Ministros, y que según el MARM se verá más al sumarse al agua ya caída sobre Tablas, y a los aportes de la Cañada Lobosa y del arroyo Cambrones.
El pasado 4 enero el Secretario de Estado de Medio Rural y Agua, Josep Puxeu, asistía al inicio de las pruebas de utilización de la Tubería de la Llanura Manchega para enviar agua desde el Acueducto Tajo-Segura al Parque Nacional.
Esta medida realizada por el MARM a través de la Confederación Hidrográfica del Guadiana ha sido, según el MARM “una actuación de emergencia que asegura las conexiones entre el GigÁ¼ela y la Tubería a la altura de Villanueva de Alcardete y entre la Tubería y el vertido en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel”.
El agua continuará fluyendo en los próximos meses a través de la Tubería de la Llanura Manchega para extinguir el fuego de tubas con un encharcamiento suficiente y restaurar un descuidado humedal que no ha estado exento de polémica, así como toda la vegetación de este ecosistema, y la nidificación de la avifauna asociada al mismo.
El MARM ha confirmado que la utilización de la Tubería Manchega para este fin tiene un carácter “temporal, excepcional y de emergencia” hasta la culminación de las obras que permitan su uso único y exclusivo para el consumo de cerca de 500.000 personas.
El Ministerio también espera la evaluación final de los efectos de las precipitaciones en la cuenca alta del Guadiana (Castilla la Mancha) que han permitido el crecimiento de las reservas de una manera notable, ya que han pasado desde el día 21 de diciembre de tener 155´6 hm3 (el 40%), a contar con unos 230´91 hm3, lo que supone el 59´4 % de la capacidad de embalse. Los efectos de estas precipitaciones sobre las aguas subterráneas no podrán registrarse con mayor precisión hasta dentro de unos ocho meses.
Fuente: SINC