Sociopolítica

El alcohol, la Navidad y otros excesos

 

            Pienso que “quizá Dios compadecido de los pobres seres humanos”; les permitió fermentar diferentes frutos y mediante la fermentación, de los mismos; que obtuvieran bebidas alcohólicas para “alegrarse la vida”; pues resulta curioso el imaginar aquellos primeros seres que por casualidad (no creo en otra cosa) vieran una fermentación espontánea de algo con azúcares y apartando las costras de la misma (no es grata la vista de lo que hay siempre encima del recipiente donde fermenta algo); decidieran beber de aquel líquido que y de forma natural… “ni los perros lo quieren”. Pero es curioso, que la mayoría de pueblos consiguieron la bebida alcohólica, por incivilizados que fueren.

            Buscando datos para un librito que realicé sobre la gastronomía y los vinos; encontré una leyenda sobre “el nacimiento del primer vino”; leyenda de la cultura hindú y que se basa en el repudio de un rey de su esposa favorita; y que ésta desesperada, buscando remedios para su amargura, encuentra aquella fermentación de uvas, en las despensas de palacio… desesperada bebe de aquello, “queriendo morir envenenada”… y ¡Oh sorpresa! Lo que encuentra es un estado de embriaguez que le alegra aquellos momentos. Maravillada de ello, lleva del brebaje a su insatisfecho esposo; logra que de él beba y es a través de ello, como vuelve a encontrar al marido perdido.

            Leyenda al fin y al cabo, puesto que sabido es que, el alcohol pasado un mínimo grado de alegría, es peligroso y además produce más impotencia que otra cosa; por tanto los que busquen ardor o virilidad en el alcohol, han de andarse con cuidado, mucho cuidado.

            Sin embargo en nuestra cultura, el vino es algo de primera necesidad y hasta los antiguos encontraron un dios para el vino y al que le dedicaban sus fiestas, jolgorios e incluso bacanales, donde “se ponían morados y terminaban algunos como piltrafas”.

            Es incluso Cristo, el que empieza su vida pública con un milagro, convirtiendo el agua en vino, para que aquella boda siguiese en sus jolgorios, animados por el “zumo fermentado, de la uva que da la vid” (planta igualmente muy señalada en la religión cristiana). Y también es Cristo el que en el último acto de su vida en compañía de sus discípulos, lo celebra bebiendo vino fraternalmente con todos ellos; lo que da lugar a esa ceremonia principal de la religión que encabezó y que conocemos como la Santa Misa; donde el sacerdote ha de bendecir el pan y el vino, rememorando aquella cena inicial de lo que podemos considerar como la primera comunidad cristiana.

            Y ahora que Viene Navidad, que se celebra con iguales o incluso mayores derroches (hoy hay muchísimo más donde elegir para hartarse y embriagarse) que aquellos antiguos arriba citados; hay que andarse con cuidado, con sumo cuidado; para no pasarse hasta grados que en algunos casos… hasta pueden ser mortales. Hoy son comunes los comas etílicos y que tristemente protagoniza una juventud dislocada, desorientada; y que busca “nuevas sensaciones”, acudiendo en masa a esos aberrantes “botellones”. Fruto de todo ello es el alcoholismo incluso en niños de ambos sexos y que han empezado a beber sin miedo y han terminado “como cosacos” y ya sin remedio. Temerariamente se mezclan con el alcohol otras drogas peligrosas.

            Conviene pues leer y copiar lo que abajo yo he copiado de un periódico extranjero y que advierte de que el alcohol ya está considerado como la peor de las drogas. Dice así:

 

            “Un nuevo estudio publicado en la revista médica británica Lancet determinó que el alcohol es una droga más peligrosa que el crack y la heroína cuando se evalúan los daños al consumidor y a los demás en conjunto. Los científicos colocaron al alcohol como el más dañino en general y consideraron que es casi tres veces más dañino que la cocaína y el tabaco. La Organización Mundial de la Salud calcula que los riesgos asociados al alcohol provocan 2,5 millones de muertes por año a causa de enfermedades cardíacas y hepáticas, accidentes de tránsito, suicidios y cáncer. Los científicos evaluaron el daño según nueve criterios sobre el perjuicio al consumidor y siete criterios sobre el perjuicio a los demás. Luego se les otorgó un puntaje que iba hasta el cien, siendo cien la droga más peligrosa y cero la que no hacía ningún daño. Los científicos descubrieron que el alcohol era la más dañina, con un puntaje de 72, seguido por la heroína con 55 puntos y el crack con 54. La marihuana recibió 20 puntos.

http://www.democracynow.org/es/2010/11/1/titulares#12

            Por otra parte, si esta Navidad que celebra el “Occidente cristiano”, está basado en Cristo y el Cristianismo; yo no encuentro nada parecido en las prédicas del Galileo; el que fue austero… “hasta no poder más”; por tanto, huelgan comentarios; moderación en grado razonable, lo que no quiere decir… “disciplina espartana”; pero…?

         ¡Y con mis mejores deseos de futuro… feliz Navidad!

Antonio García Fuentes

(Escritor y filósofo)

www.jaen.ciudad.org (allí más)

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.