Sin el menor género de duda, Don José Antonio Griñan, al que el portavoz parlamentario del PSOE, Mario Jiménez, llamó “Pepe” una docena de veces en su leída perorata, es un hombre de fortuna por el peculiar procedimiento de acceder a la presidencia de la Junta de Andalucía.
En la primera ocasión, por designación digital de su antiguo antecesor en el cargo, Manuel Chaves, y ahora. A pesar de haber sido derrotado en las urnas por el PP, valiéndose de la legal coalición entre socialistas (PSOE) y comunistas (IU), curiosos compañeros de cama que solo logra la política.
«El papelón de Griñan teniendo que tragarse
las desdichadas intervenciones
del “copresidente” Valderas…»
Durante la reciente campaña electoral, ambas formaciones se dedicaron mutuamente descalificaciones y lindezas de todo tipo, y ahora, con tal de mantenerse en el poder y seguir viviendo de la “res pública”, “unidos hasta que la muerte nos separe”. El papelón de Griñan teniendo que tragarse las desdichadas intervenciones del “copresidente” Valderas sobre la creación de un “banco de tierras” y otro “banco público”, resultó patético. Sin el menor reparo, mucho debe compensarle el mantenerse en el cargo para soportar el vergonzoso trance.
El discurso de Diego Valderas constituyó todo un tratado de oratoria parlamentaria, emulando al mismísimo Demóstenes. Su desparpajo hablando del “cogobierno” provocaba el disimul0 de la bancada socialista, pero su exposición alcanzó el cenit cuando pronunció la profunda frase de que lo importante es “saber de dónde venimos y a dónde vamos”; solo le faltó añadir esa otra de que “detrás del último no va nadie” para que sus señorías rompiesen en aplausos. El líder comunista ya le ha planteado a la Junta la necesidad de declararse en rebeldía contra la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Rajoy y que no sea aplicada en el sector público autonómico.
En cuanto al asesor encargado de redactar la prédica de Griñan cumplió a la perfección con su cometido eludiendo abordar temas comprometidos, sin aclarar situaciones ni aportar soluciones. Todo a base de utopías y declaraciones sobre un futuro esperanzador cargado de buenas intenciones y con excesivas alusiones a la política europeísta y española y muy escasas sobre la realidad andaluza del 33% de paro y el 50% de desempleo juvenil. Omitir como se va a solventar el recorte de los 2.700 millones de euros fue demasiado descarado.
No es de recibo la desafortunada frase de Griñan pronunciada al final de su intervención, al afirmar que el suyo “será un gobierno alegre”. Mire don José Antonio, los andaluces no consideran ni demandan que gobierne con alegría, tristeza o aburrimiento, sino simplemente de forma seria, eficaz y coherente; en definitiva, todo lo contrario de lo que ha venido haciendo durante los cuatro años anteriores. A partir de ahora tendrá que compartir responsabilidades con Diego Valderas , que por fin ha alcanzado su sueño dorado como todo buen político de izquierda: rodearse de lujoso mármol, suelos alfombrados, un despacho en palacio y percibir una soldada como corresponde a un “copresidente”.
La intervención de Javier Arenas (PP) fue correcta, aguda, incisiva y muy aplaudida, si bien, en ciertos aspectos (ERE y Comisiones de Investigación), pudo mostrarse con mayor dureza y exigencia aunque posiblemente habrá preferido reservarse hasta que se convoque la citada Comisión en la que los socialistas deberán aclarar y contestar a temas muy escabrosos. Si los pactos con IU son tan descarados que pretendan impedir el que se conozca la verdad sobre la gestión de los ERE y cargos implicados, cabe que las bases de dicha formación comunista no traguen y creen un conflicto que complique el buen entendimiento y la pretendida concordia de la compleja “coalición”…¡¡Tiempo al tiempo!!.