El aumento de los niveles de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, causado por las emisiones de las actividades humanaspodría producir camotes más grandes, según una investigación. El camote es un cultivo esencial para muchos países de África y Asia.
Los camotes podrían duplicar su tamaño con el aumento en los niveles de CO2 pronosticados actualmente para fines de siglo, de acuerdo con una investigación realizada por un equipo multidisciplinario de la Universidad de Hawaii, Estados Unidos. El grupo presentó los resultados durante la reunión de la Unión Americana de Geofísica, realizada en San Francisco este mes (3 al 7 de diciembre).
Para la investigación se sembró una variedad de camote de pulpa blanca muy popular en Hawaii con dos tipos de fertilizantes a los niveles actuales de CO2 de 352 partes por millón (ppm) y bajo tres entornos con concentraciones elevadas de CO2: 763, 1.108 y 1.515 ppm.
Según el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, los niveles atmosféricos de CO2 estarán entre 500 y 1.000 ppm para el año 2100.
Incluso con la concentración de 763 ppm de CO2, el crecimiento de los tubérculos fue un 96 por ciento mayor.
“Es muy probable que lleguemos a niveles mucho más altos de CO2 de lo que previamente se esperaba y por lo tanto es importante entender qué plantas responderán a un CO2 incrementado en concentraciones mucho más altas”, señala a SciDev.Net Ben Czeck, uno de los investigadores.
Además, dice que se espera que el cambio climático cause más perjuicio a los países en desarrollo que dependen en gran medida de cultivos de raíces y tubérculos como el camote.
Ahora los investigadores quieren saber si los camotes de más tamaño tendrán algún impacto negativo en su contenido nutricional, indica Czeck.
Estudios previos revelaron que el contenido de proteínas en el trigo, arroz, cebada y papas decrecía en un 15 por ciento cuando eran producidos al doble de los niveles de CO2 que se presentan en la actualidad. Una serie de impactos en la fisiología de las plantas derivadas de los niveles más altos del gas es la causa de esta caída.
“Los contenidos nutricionales que estamos analizando son calorías, fibra dietética, proteínas, azúcares y micro y macro minerales”, explica Czeck.
Las variedades de camote de pulpa anaranjada y morada son ricas en betacaroteno, que el cuerpo convierte en vitamina A. Estas variedades ya se están sembrando para tratar de reducir la desnutrición infantil en los países africanos.
Gabriela Burgos, jefa del Laboratorio de Calidad y Nutrición del Centro Internacional de la Papa (CIP), en Perú, dice que es fundamental estudiar cómo el aumento en los niveles de CO2 puede afectar a las raíces y tubérculos porque gran parte de la población mundial depende de ellos para su alimentación.
“En el CIP estamos tratando de añadir más contenido nutricional a las variedades de papa y camote, pero si en unos cuantos años estas variedades van a tener un mayor tamaño, se podría diluir su contenido nutricional”, dice a SciDev.Net. Por lo tanto, es bueno tener alguna manera de hacer frente a los cambios previstos, añade.
Sin embargo, Wolfang Gruneberg, genetista y fitomejorador de camote del CIP, cree que el verdadero problema no serán los niveles más elevados de CO2 sino los efectos de las temperaturas elevadas en las plantas.
“Las plantas usan el agua para refrescarse. Hay muchos lugares en el mundo tropical con sequía. Por lo tanto el problema no va a ser el dióxido de carbono sino el calor [adicional] que generaría”, explica.
El CIP está evaluando los rangos de temperatura que las plantas de camote pueden soportar. Como parte de esto, Gruneberg está sembrando un número de variedades de camote del banco genético del CIP —el más completo del mundo— en las áreas más calientes del norte del Perú.
Enlace al póster de presentación (en inglés) [2.42MB]
Zoraida Portillo
SciDev.Net
