Lejos quedan aquellos años en los que el centro era la opción favorita de los españoles y la UCD gobernaba las principales instituciones del paÃs (Gobierno, CCAA, diputaciones y ayuntamientos).
Los centristas llevamos muchos años de travesÃa por el desierto, de batacazos electorales continuos y nadie, a excepción de Adolfo Suárez en su dÃa, ha sido capaz de aglutinar el centro alrededor de unas siglas electorales concretas que sean realmente una alternativa al bipartidismo que padecemos dÃa tras dÃa.
Tenemos que ser crÃticos con nosotros mismos, aceptar que no tenemos posesión de la verdad absoluta, ceder y sumar con el objetivo de acabar con el mayor mal que hoy tiene España: el bipartidismo que hace y deshace, dos partidos que controlan el poder, acaparan los focos de la prensa y están desprestigiando la polÃtica, hasta el punto de que la asemejen a la corrupción.
Nos quejamos de que existen dos partidos fuertes que »se reparten casi la totalidad del pastel», pero sà lo pensamos bien, no hacemos nada para evitarlo.
Existen muchos ciudadanos, y cada dÃa más, descontentos con la forma de hacer polÃtica de populares y socialistas, pero tenemos que ponernos en el lugar de los ciudadanos descontentos cuando van a sus respectivos colegios electorales y hay cerca de 10 papeletas (como mÃnimo) de partidos que dicen ocupar el centro polÃtico. »Â¿A quién votamos?», se preguntan la mayorÃa.
Resultado, 600 votos uno, 1500 el otro, 300… 154…. total 0 escaños.
Al final, los dos partidos beneficiados, volverán a hacer lo mismo y la necesaria regeneración polÃtica no será posible.
Menos mal que algunos ya hemos escarmentado y se empieza a dialogar, acercamos posturas unos con otros y preparamos esa unión que tanto buscamos. A tal efecto, el próximo 14 de Noviembre, al menos 5 partidos de CENTRO a nivel nacional, nos reuniremos en Valencia para acercar posturas, dialogar e intentar crear esa alternativa que tanto necesitan los ciudadanos de España.
Ya está bien de travesÃas en el desierto, es la hora del cambio, de la alternativa y la regeneración polÃtica.