Las armas, los atentados terroristas y el chantaje fueron los medios de presión por los cuales los terroristas intentaban conseguir sus fines.
Un dato que había pasado desapercibido por casi todos los medios, era que los doscientos mil exiliados vascos que abandonaron las vascongadas por las amenazas de E.T.A. no votaron en las últimas elecciones vascas. De haberlo hecho otro gallo cantaría.