No sé si DÃaz Ferrán es un buen gestor, o no, lo intuyo, pero no lo sé, o al menos no lo puedo decir desde el rigor, desde la honestidad de los datos objetivos, aunque sà lo puedo decir desde la subjetividad, desde la opinión personal basado en mi conocimiento en la materia, económica y de sus empresas, y puedo concluir, a nivel personal, repito, que DÃaz Ferrán es un mal gestor.
Eso no serÃa un problema en términos absolutos, de malos gestores está lleno el mundo, si no fuera porque DÃaz Ferrán es el Presidente de la CEOE y por tanto el representante de todos los empresarios, la voz por la que todos ellos hablan por la que todos ellos dan su opinión y sus argumentos.
Y, claro, ahà viene el problema. Si DÃaz Ferrán fuera un empresario Ãntegro se marcharÃa de su cargo de la CEOE, por ética personal, por moralidad, por solidaridad con el resto de empresarios, por respeto a los españoles, a los ciudadanos que se nos revuelve el estómago cada vez que le vemos siendo parte importante de las decisiones que afectarán a nuestro futuro laboral.
Porque algo falla en la talla profesional de un hombre que ha hundido ya dos empresas de clara solvencia previa, como son Aircomet y Seguros Mercurio, un hombre que ha acabado con la principal empresa turÃstica de este paÃs, Marsans, una empresa de referencia para todos y a cuya sombra han ido naciendo otros proyectos que intentaban copiar el modelo de negocio de la empresa de Pascual y DÃaz Ferrán.
Debe marcharse de la CEOE porque le falta autoridad moral para dar lecciones a nadie, para pedir nada a nadie, para negociar nada con nadie, porque DÃaz Ferrán debe de entender que su cargo es representativo y, por tanto, debe de ser sustentado en el rigor, la honestidad y el buen hacer profesional. No vale aquello de que muchas empresas quiebran, de ello no hay duda, pero cuando una empresa de DÃaz Ferrán quiebra, no es que se haya ido a pique una empresa en la que él esté participando, sino que se ha hundido una empresa del Presidente de la CEOE.
Por respeto a los empresarios que dice representar, DÃaz Ferrán deberÃa de marcharse de su cargo ya, antes de que acaba de contaminar, definitivamente, el diálogo social.