Pretender ejercer el liderazgo político de un país cuando la mayor parte de su población no te reconoce como tal, constituye una difícil tarea. Según uno de los recientes sondeos de opinión efectuados por Sigma-Dos, queda demostrado palmariamente que Rajoy no convence y está totalmente cuestionado cuando el 78% de los encuestados considera que en el PP se manejaba dinero negro y otro 76% que se pagaban sobresueldos “B”. Gobernar al margen de la opinión pública es prácticamente imposible.
En las declaraciones del pasado día dos, el presidente del Gobierno, nuevamente mal aconsejado y equivocado, optó por seguir la misma línea elegida por Felipe González consistente en negarlo todo, dado que, aún tratándose de hechos diferentes, reconocer la más mínima de las acusaciones habría supuesto su inmediata muerte política. No obstante, decantarse permanentemente por ignorar los hechos, para reconocerlos posteriormente, dificultará la tan necesitada regeneración de España.
Con tanto cómplice, supuestamente bonificados a lo largo del tiempo, como se ha venido acusando ocurrir en el seno del PP con los famosos sobres, más temprano que tarde aflorará la verdad sobre todos los productivos y rentables chanchullos, que terminarán conociéndose, demostrando que la compra de voluntades es un eficaz sistema pero mejorable por terceros cuando se está dispuesto a elevar el precio , y los traidores, como siempre, terminan vendiéndose al mejor postor. En el momento en que aparezcan los primeros “recibís” firmados o grabaciones de conversaciones comprometedoras, tales documentos serán retribuidos con abultadas cifras a los filtradores, en función del cargo del dirigente.
Sobre la ridícula puesta en escena de la aparición de Rajoy en un monitor de TV, para manifestar que los datos publicados en El País son falsos, e igualmente la entrevista de Bárcenas, ofrecida por 13-TV, en la que solo se escucha su voz contestando a un cuestionario previo, únicamente han servido para que ambas perdiesen credibilidad. ¿A que viene la negativa a dar la cara? Suena a vulgar tomadura de pelo a todos los españoles, criticada hasta la saciedad por parte de todos los medios y con especial énfasis en las tertulias radiofónicas y televisivas.
El eufemístico y pomposo “ejercicio de transparencia” como ha sido bautizado, consistente en que el presidente del Gobierno accediese voluntariamente a publicar sus recientes declaraciones de la renta, para aplacar protestas y desconfianzas ha sido interpretado como una majadería más. ¿Es que alguien esperaba encontrar en tales documentos un listado con las percepciones en «B» del jefe de Ejecutivo? Si ha manifestado saber ganarse la vida y ser persona honesta ¿que sentido tiene dar publicidad a las citadas declaraciones?. Nos parece perfecto que nuestro presidente no se apropie de lo ajeno ni perciba sobresueldos, pero dejando claro que nadie le obligó a abandonar su profesión para dedicarse a la política.
Mire don Mariano, mucho nos tememos que «El Circo Internacional del Tesorero», con su ¡más difícil todavía!, guarda todavía en su repertorio grandes sorpresas para el público en sucesivas apariciones (entregas), ampliando muy posiblemente el elenco de artistas invitados, para demostrar al respetable que todos sus denodados esfuerzos, bien merecen una compensación económica, cuyo origen, licitud y cuantía, en palabras de don Luis, obedece a sus grandes conocimientos financieros y especial habilidad para efectuar inversiones en bolsa, preferentemente en las extranjeras.
Según parece, a la vista de los sondeos de opinión antes comentados, los españoles en general imaginan que el ex gerente y posterior tesorero del PP, hará lo indecible para eludir el ingreso en prisión, necesitando para ello dinero e información y al parecer anda sobrado de ambas cosas. Ahora bien, cada vez que Bárcenas traslade a los medios alguna noticia comprementedora, que irá dosificando con exquisita frecuencia, directamente o a través de terceros, serán auténticos torpedos dirigidos a la linea de flotación del PP.
Lamentablemente, en las estadísticas de paro, tanto a nivel nacional como internacional, hemos batido todos los records, y a tal honor habrá que añadirle para mayor escarnio el que pronto figuremos como campeones en sinvergonzonería y corrupción. ¡¡Tiempo al Tiempo!!