El 25 de mayo de 1977 se estrenaba Star Wars. 35 años después, Miquel Barceló, doctor en Informática de la Universitat PolitÁ¨cnica de Catalunya y experto en divulgación a través de la ciencia ficción, nos desvela los entresijos de la película que revolucionó el cine de su género.
¿Cómo definiría Star Wars?
Star Wars es un hito en la historia del cine de ciencia ficción, una buena película de aventuras. George Lucas rodó un western donde cambió la pradera por el espacio, la pistola por la espada láser y el caballo por la nave espacial.
¿Recuerda el estreno de la película?
No especialmente. Que yo recuerde, en ese momento no se le hizo ninguna gran promoción, como sí sucedió con el lanzamiento de Batman y Superman. Pero, después, Star Wars resultó ser una sorpresa para todo el mundo, tal vez porque la anterior película de ciencia ficción de George Lucas, THX-1138, en el año 1971, había sido un auténtico fracaso.
¿Qué tiene de nuevo Star Wars?
Es divertida y entretenida, muy distinta a THX-1138, que es un film sesudo sobre un mundo futuro triste. ¡Ojo!, ahora se considera Star Wars como el cuarto episodio de una serie, pero eso es una mentira como un templo. En 1977 el espectador tuvo la sensación de que la película tenía un final completamente cerrado: se destruye la Estrella de la Muerte, Han Solo y Luke Skywalker reciben los honores por parte de la Princesa Leia, con sus ‘ensaimadas’ en la cabeza… y se acaba. Fin de la historia. The end.
¿Y qué por qué continuó la saga?
Porque fue un auténtico taquillazo. La productora 20th Century Fox pidió más y George Lucas se vio en un aprieto. ¿Cómo se continúa una historia cerrada? Lo que hizo Lucas fue ir a pedir consejo a Leigh Brackett, que era autora de novelas de ciencia ficción, guionista de cine y la esposa de Edmond Hamilton, un conocido escritor de Space Opera. Lucas le pasó la primera película y parece ser que ella le dijo: “como no hagas que el malo sea el padre del bueno no sé qué se puede hacer”. Esto no está documentado, pero dentro del mundo de la ciencia ficción se suele dar por cierto y, además, el nombre de Leigh Brackett sale en los créditos del Imperio Contraataca.
¿Entonces, no hay ninguna alusión a que Darth Vader sea el padre de Luke Skywalker en la primera película?
Ni una que yo recuerde. Al menos en la versión del 77. En la remasterizada que ha salido ahora en DVD y blu-ray quizás sí pueda haber algo, pero no en la original.
Así que George Lucas necesitó ayuda para continuar Star Wars…
Lucas no se caracteriza por ser un guionista excelente y una prueba de ello es que después de la primera trilogía no supo por dónde continuar y montó toda una serie de libros y concursos para coger ideas. De ahí salieron ideas para la cuarta, quinta y sexta películas que cronológicamente son los tres primeros capítulos. Igualmente, estas últimas son completamente distintas y no tienen la frescura de las primeras. Lo que realmente le debía de interesar a Lucas era sacarle partido a su empresa de efectos especiales, Industrial Light & Magic. En La amenaza fantasma hay tanto efecto especial que algunos espectadores se hartan.
¿Sabe por qué aquí se tradujo a La Guerra de las Galaxias?
En España hubo un patinazo histórico con la traducción del título de la película que demuestra lo poco que se sabía de ciencia en este país. El traductor de Star Wars, que significa literalmente ‘guerra de las estrellas’, pensó que la palabra ‘star’ hacía alusión a las estrellas de cine y creyó más oportuno, más de ciencia ficción, traducir la película a Guerra de las galaxias en vez de Guerra de las estrellas.
¿Cómo se trata la ciencia en Star Wars?
Hollywood no se caracteriza por ser demasiado cuidadoso con estos temas. Los rayos láser, por ejemplo, no son líneas discontinuas que hacen ‘tiu-tiu’. Para que una nave explote y se incendie se necesita oxígeno. Pero en el espacio solo hay oxígeno dentro de la propia nave que, en caso de incendio, daría posiblemente para una llamita de nada. Además, en el espacio no hay aire, por lo que tampoco hay sonido. Pero Hollywood está obligado a la espectacularidad y una explosión real en el espacio es aburridísima, un auténtico anticlímax.
¿Contiene muchos errores científicos?
Concretamente hay un trozo, de menos de dos minutos, con 14 errores científicos. En la asignatura de Física y Ciencia Ficción hemos usado este fragmento en el examen final. Lo empezamos a hacer en el año 1994 y los profesores conocíamos 10 errores. Con el tiempo, los alumnos, que son más listos que nosotros, encontraron cuatro más.
¿De qué fragmento se trata?
En El imperio contraataca, cuando el Halcón Milenario con Han Solo, la Princesa Leia, Chewbacca y los dos robots escapan de los cazas imperiales y se meten sin querer dentro de un cinturón de asteroides. Ahí tienes todos los errores que quieras. Los cinturones de asteroides no están perdidos en medio del espacio interestelar y además nunca están tan juntos. ¿De dónde sale la gravedad artificial de dentro del Halcón Milenario? Y el colmo es el monstruo que vive dentro de un asteroide, ríete del tamaño de un Tyrannosaurus rex. ¿Qué come un depredador tan grande que vive aislado en un asteroide? Desde luego Halcones Milenarios no, porque se le escapan.
¿Ha mejorado la rigurosidad en el cine a lo largo de la historia?
Yo creo que ahora se cuida un poco más. Empezó a tenerse más en cuenta en 2001: Odisea del Espacio, donde Stanley Kubrick trabajó con asesores científicos. Esta película demostró que se podía hacer cine serio con ciencia ficción. La culminación del género la tenemos con Blade Runner, que contó con diseñadores industriales para hacer el escenario de la ciudad con un resultado realmente sorprendente. En ciencia ficción, la ambientación acostumbra a ser muy aséptica y de un único estilo. En la ciudad de Blade Runner hay una mezcla de arquitectura futurista con callejones muy pobres y cutres y eso plasma la realidad acumulativa de la arquitectura.
¿Es importante el escenario en la ciencia ficción?
Según Rafael Marín, escritor español de ciencia ficción y guionista de cómics de la Marvel, el decorado es clave. Marín dice que eso es lo que diferencia la ciencia ficción de la fantasía. Un ejemplo de ello es que Star Wars y Willow son la misma historia con los mismos personajes y la misma estructura. Lo único que cambia es el decorado por el que una es de ciencia ficción y la otra de fantasía.
¿Disfruta viendo películas de ciencia ficción?
Sí, claro. Una vez estaba en una charla explicando a alumnos de secundaria cosas de estas y un alumno me preguntó esto mismo. El chaval estaba preocupado, compadeciéndose de mí, y me hizo mucha gracia. Claro que disfruto y me divierto, pero los que nos dedicamos a hacer servir la ciencia ficción para la divulgación científica, además de pasarlo bien, también tenemos la obligación de estar al acecho.
Marta Palomo / SINC