Enfoques cooperativos; Hoy: El Cooperativismo del Siglo XXI se remueve de dogmas paralizantes.
Los enunciados aquí compendiados de cinco artículos de mi autoría- generosamente publicados con anterioridad- procuran aportar argumentos nacidos al abrigo del pensamiento del Cooperativismo del Siglo XXI, pensamiento que esencialmente tiendan a remover dogmas paralizantes de quienes sostienen “un cooperativismo burocratizado ya caduco que impiden superar el predominio de una educación impartida en controversia con la génesis de la cooperación”.1
Estamos decididamente del lado de la obra que los Pioneros de Rochdale efectuaron a la luz de los postulados enunciados por Robert Owen y sus propias experiencias, al analizar las profundas causas de las injusticias económicas en la que vivían y al encontrar en la forma cooperativa cómo terminar con el perverso orden capitalista que los mantenía en el infortunio permanente y que requería, en consecuencia, de otra cualidad formativa humana.2
Nos narra Goedhart, presidente de la ACI-1921-1927, cuando nos ilustra sobre los Pioneros de Rochdale en sus inicios “tenían tras ellos la terrible experiencia de las condiciones de vida y trabajo que habían prevalecido durante y después del periodo de la revolución industrial. Eran conscientes, por experiencia, que los más pobres de los pobres eran esquilmados por los intermediarios quienes le cobraban precios de usurero para entregarles productos adulterados, robarles en el peso y extorsiónalos con los precios a cambio de sus miserables salarios.” 2
No puedo evitar el preguntar tras la lectura del párrafo anterior ¿no describe nuestro buen amigo una realidad también actual? 2
El neoliberalismo arrasó con todo, que dudas cabe, también se introdujo en la filas del cooperativismo desvirtuándolo, paralizándolo, haciendo de sus valores y principios meras formulas esclerotizadas, valiéndose para tales vicios de organizaciones cooperativas y sus personeros filtrados en la actitud burocrática perversa.
Ese accionar cooperativo, lo dijimos también muchas veces, no está expedito, al contrario está lleno de acechanzas y de intrigas, también de desvirtuaciones y vaciamiento doctrinario. 3
El cooperativismo que demanda el mundo es aquel cooperativismo transformador, aquel que surgió de las entrañas dolientes de la Revolución industrial y sus monstruosidades. Surgió para modificar desde los escombros de una civilización exhausta de tanta tragedia e infortunio.4
Si el cooperativismo economicista y burocrático se desinteresa de los principios y valores que conllevan una transformación del hombre para transformar la sociedad, podrá ser un conglomerado de empresas de dividendos cooperativos, pero no será jamás un movimiento cooperativo genuino encauzado a consumaciones más armónicas con las necesidades de la humanidad proclamada por el propio Robert Owen. «El cooperativismo ya no puede seguir desarrollándose de manera marginal ante un mundo sediento de alternativa socioeconómica basada en la equidad y la humanización de las relaciones de producción. Ahora, desde luego, no es ésta una tarea sin dificultades; requiere partir de un amplio espíritu generoso, realista, científico incluso y de servicio incondicional a los valores y principios de la cooperación que claman otra orientación y dinámica.5
Pero la heterogeneidad del componente de las cooperativas y sus organizaciones federativas y confederativas, producirá sin duda dificultades y desencuentros interiores que necesitan un tratamiento paciente y constructivo. Unidad de concepción frente a los detractores externos y trabajo intensivo bajo los valores y principios cooperativos en el interior del nuevo cooperativismo, es una característica esencial del cooperativismo del siglo XXI, porque desde el momento que agrupa o tiende a agrupar al conjunto del movimiento no puede evitarse un agudo debate en su seno. 5
Así, este debate y discusión tiene un carácter de concepción doctrinaria, que puede y debe resolverse sin la ruptura de la unidad; es una construcción no antagónica en el seno del movimiento que puede y debe solucionarse mediante el concienzudo análisis de la realidad mundial y de los objetivos fundacionales del cooperativismo y la educación consecuente. 5
Naturalmente que estas fundamentales orientaciones doctrinales del cooperativismo del siglo XXI que iluminan con vigorosa luz nuestro trayecto, no debe ser tomado como diseño simplista, ya que el poderoso conjunto teórico-práctico cooperativo, resultado de decenas de años de experiencias, que debemos tener como punto de referencia para la formulación de nuestra línea, sin olvidar que cada etapa tiene sus particularidades y que el cooperativismo cobra vida y utilidad cuando es replanteado creadoramente a la situación concreta de una etapa de la civilización determinada.5
Esta exposición que he realizado no es producto de una imaginación afiebrada, sino de la descripción de la realidad a nivel mundial. Ello, entonces, plantea al movimiento cooperativo otro tipo de liderazgo, otro tipo de cooperativismo, un cooperativismo remozado, nuevo, vigoroso y actuante transformadoramente: el cooperativismo del siglo XXI que se remueve de dogmas paralizantes.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
Referencias:
*1.-Enfoques cooperativos; Hoy: El Cooperativismo y la Educación del Siglo XXI
*2.-Génesis de la Pedagogía Cooperaria
*3 Enfoques cooperativos; Hoy: “América Latina; ¿siguen abiertas sus venas?”.
*4.-Enfoques cooperativos; Hoy: “TECNICOOP, dos décadas de lucha en dignidad”
*5 Entrevista a José Yorg: “La construcción del cooperativismo del siglo XXI es una tarea de conjunto”