Ayer fue el debate sobre la presidencia francesa, el duelo directo entre los dos candidatos a la presidencia de la república mientras ganaba la Liga el Real Madrid. Les moments-clés du débat han sido recogidos como no podía ser de otra manera por el periódico Le Monde. Ha sido como informan todos los medios (aunque con sus diferencias) un debate accidentado, repleto de acusaciones de todo tipo, agresivas. No se puede hablar de un debate modélico y los dos candidatos, sobre todo el presidnete saliente Sarkozy no cesaba en llamar mentiroso a su rival por la estancia en el Elíseo. El resultado, al final, ha sido un poco distorsionado, los medios españoles apenas pueden sugerir un vencedor real de la contienda (nunca mejor dicho) pero sí que se han bañado a palos. Hollande, el candidato socialista, ha estado a la defensiva como es lógico por su posición, en principio, de ganador de la segunda ronda y definitiva de las elecciones. Era el cantidato de UPM quién debía, de alguna forma, alcanzar los votos al resto de los partidos, en especial, de los centristas y de lepenistas.
El diario El Mundo resalta la comparación de Hollande con sus homólogos españoles de Zapatero adjunto a la pregunta explícita e implícita de cómo financiar todas las medidas que propone. La información, no obstante, es vaga aunque si recala en la batalla campal de Sarkozy aun con los tintes del otro día, día 1 de mayo, hablando a los sindicatos que bajaran la bandera roja y defendieran la France. Mientras, la Vanguardia asume la pérdida de la oportunidad del presidente saliente para captar a los electores el próximo día 6 de mayo en un duro debate con palabras directas. Todos coinciden en la dureza y la particularidad de este debate. Por cierto, dice bastante poco de los franceses y cómo afrontan este tipo de vicisicitudes democráticas, tan normales y convencionales.
Un poco a lo concreto. La temida inmigración para Sarkozy y para el Frente Nacional ha sido nombrada con un “hay más inmigrantes de los que debería” o algo parecido; mientras que Hollande ha defendido el derecho de votar por los inmigrantes en las elecciones municipales. Realmente, Sarkozy se ha pasado, a continuación de la derrota en la primera vuelta, intentando parecer un interesante facha para, supuestamente, atraer a los electores del FN de Le Pen, a pesar de que ésta ha emitido a sus votantes el mensaje para que voten en blanco. Sabemos pues, no será así y los sondeos daban nuevos votantes a los dos partidos desde el FN, más a Sarkozy.
En lo económico el duelo se debate entre la austeridad merkoziana y el crecimiento incierto -no concretado cómo-. Sarkozy sigue planteando ese IVA social para reducir las cotizaciones de las empresas, es decir, proceder por la vía de la devaluación fiscal para ganar competitividad como explica Xavier Sala i Marti en su blog. Conste que es la típica medida de incrementos de los impuestos al consumo, bajada de las cotizaciones sociales, promoción de la economía hacia la exportación con mejores precios debido al descenso de los costes derivados de los salarios, incluso, en el interior con tintes deflactarios. Hollande, sin embargo, se rehusado esta manera de hacer política económica y su propuesta sobre la reforma de los tratados, el retraso de los cumplimientos de los compromisos, etc. están sobre la mesa. Parece que prepara con mil y una subida de impuestos a las clases altas como la cota más alta del IRPF, el impueso a los ricos y alguna más -los dos están por gravar las tasas financieras- un montante importante dedicado al empleo pero nada concreto por ahora salvo la banque publique d’invesstiments, para promover por zonas la industria.
Al cabo, las encuentas dan por vencedor a Hollande por una estrecha pero consistente diferencia de 53,5 a 46% de los votos aproximadamente. Para interés de los españoles será mejor que salga el candidato aspirante al Elíseo por la posible revisión de todos los acuerdos. Importante si no nos queremos ahogar en los compromisos que el gobierno español acepta y cumple tan a rajatabla que la España tal y como se recuerda se empieza a perder poco a poco, a cada viernes consejo de ministros. Necesitamos aire y una visión de conjunto mejor, un análisis mejor de los problemas en las reformas clave como la financiera y la laboral.