La deuda pública española era en 2007 del 36,2% del PIB. Sin embargo este año subirá al 94% después de acabar en 2012 por encima del 88% del PIB. De otro lado el déficit en 2012 rebasó el lÃmite impuesto por Bruselas del 6,3%. A pesar de este incumplimiento, hay que tener en cuenta que se viene de un desfase presupuestario del 8,96% en 2011. Rebajar esta cifra hasta niveles inferiores al 7%, ha originado una tremenda recesión de la economÃa en 2012, al contraerse la demanda, lo que ha llevado a mucha gente a pensar que la reducción del déficit es perjudicial para la economÃa.
Sin embargo, aunque los economistas sabemos que la reducción del déficit es difÃcil, no por ello es menos necesaria, aún incluso en el peor de los escenarios resulta imprescindible. La razón es muy simple: la deuda pública termina por absorber el escaso ahorro de nuestra economÃa, lo que significa menor liquidez y menos crédito y, por tanto, prolongación en el tiempo de la crisis. Claro que a estas alturas casi nadie quiere volver a oÃr hablar de recortes ni tampoco de subidas de impuestos. En la subida de impuestos estamos plenamente de acuerdo, pues lo único que se consigue es restringir innecesariamente el poder de compra de las familias y detraer la demanda privada. Sin embargo, cuanto más tardemos en ajustar nuestras cuentas públicas en lo que respecta al gasto de consumo público (no asistencial), mayor será nuestra agonÃa.
Los recortes no son en sà malos para una economÃa, lo sano es ajustar los ingresos a los gastos públicos para mantener un presupuesto equilibrado; puesto que de otra manera para asumir dicho déficit habrÃa que pedir prestada la diferencia, si este endeudamiento se prolonga en el tiempo, los gastos financieros fruto del endeudamiento de la economÃa podrÃan ser insoportables, lo que comprometerÃa además, otras partidas de gastos de nuestros Presupuestos Públicos. Dicho de otra manera, que los mayores gastos financieros se comerÃan otra serie de gastos, pues estos probablemente no se podrÃan cumplir y habrÃa que reducirlos para hacer frente a la deuda contraÃda.
El problema en sà de los recortes en España es el cómo se han gestionado. Está claro que cuando se decide reducir el déficit se debe mantener una polÃtica coherente para evitar que la disminución del gasto no entorpezca el crecimiento económico. Y he aquà el error. España ha recortado gastos y subido impuestos sin mirar los efectos que podrÃa ocasionar en la demanda de la economÃa y, eso sÃ, se ha evitado recortar en lo superfluo y en lo que afecta al «modus vivendi» de la casta polÃtica.
Que nos expliquen sino nuestros representantes polÃticos nacionales, cómo es posible por ejemplo, que se permita que las Comunidades Autónomas puedan endeudarse libremente a tipos de interés por encima del 8%, y no se tenga en cuenta los costes financieros que dicho endeudamiento supone. Este diferencial que pagan las Comunidades Autónomas con respecto al tipo de interés de los bonos del Estado español, es aún peor aún que la tan famosa «prima de riesgo» pues detrae más dinero y lamentablemente en grandes cantidades de otras partidas de gasto de los presupuestos de dichas Comunidades, que se ven obligadas a recortar gastos de partidas tan importantes como salud o educación, para poder pagar el sobrecoste financiero que nuestra clase polÃtica está generando a través de dicho endeudamiento, que además es todo menos transparente, y, que muchas veces se realiza directamente con instituciones financieras (léase bancos). Pero, ¿cómo es posible que el Estado Español no pueda gestionar de manera centralizada toda la deuda que necesitan las Comunidades Autónomas? En la respuesta a esta pregunta podrÃa estar la solución, para que el ajuste de nuestra economÃa sea factible en el más breve perÃodo de tiempo. Este tipo de actuaciones opacas de la casta polÃtica son algunos de los factores que han impedido en buena medida que hayamos podido conseguir los objetivos de déficit, y por tanto, alargan nuestro sufrimiento.
Para hablar de este asunto y de otros problemas presupuestarios, hemos realizado un debate en profundidad en nuestro programa «La vÃa de la libertad» que recomiendo (ver vÃdeo a continuación). No es lo habitual tratar estos asuntos en tertulias televisivas, ni centrarse en un tema tan especÃfico, como solemos hacer nosotros y como viene siendo habitual en nuestro programa, porque nuestro objetivo no puede ser solo entretener, sino también educar en distintos temas, entre ellos los económicos.