¿Que mas podría pasar?, ¿a donde iremos a parar?, ¿que mas sucederá?, nos preguntamos a diario en Venezuela, y no, ya nada asusta, hemos sido víctima de políticas con políticos del “a mí no me den, a mi pónganme donde “haiga”; o también con funcionarios del, “ula, ula bájate de la mula”; o con gobernantes ejecutores del lema, “el que no roba en el gobierno, no es por honesto es por pendejo”.
Estemos claros, esos 40 años de democracia no fueron la plenitud del país, como pudo serlo. Tampoco fue una época para sentirse orgulloso de lo vivido, no olvidemos fue en ese entonces donde el pueblo voto dos veces por Carlos Andrés Pérez el faraónico brinca charcos y dos veces por Rafael Caldera, el mojigato iniciador y propiciador del país corrupto, que en su soberbia se gesto el microbio que generó la traición y la estupidez que llevamos 12 años en hombros. La cobardía de un país corroído y permeado por el narco terrorismo internacional, degenerado a tal punto y como hoy lo conocemos.
Sabemos, que este momento no ha sido ni es, un proceso de construcción de una nueva historia para el país, los cambios, no sé si “radicales” pero si irreversibles que se han dado, no son más que una capa de pintura a las ya obsoletas estructuras individualistas del comunismo del antiguo mundo, ese mundo de la guerra fría, ese conocido antes de la caída del muro de Berlín.
En estas latitudes y en los últimos 50 años, los acontecimientos que en forma de revoluciones, cambios de régimen, auge y caída de imperios, han terminado siendo paja. Los revolucionarios son en la imaginería popular, ensalzados a niveles de justicieros poéticos, cuando en realidad son asesinos, traficantes y terroristas.
En nuestra Venezuela, hemos permitido nos encerraran en una capsula de un pasado oscuro y obsoleto llamada comunismo, cuando en realidad vivimos en un mundo globalizado, donde las comunicaciones son instantáneas, la educación del tu a tu de las aulas, llega además de manera virtual, donde la meritocracia y la competitividad del ser, establece el nivel en el que te desarrollas y no con la posición social o el estrato cultural en el que te quieren enmarcar para utilizarte como estandarte político, y terminar siendo carne de cañón.
Desastroso ha sido el dejarnos llevar de la mano por políticos y no por estadistas. ¿La diferencia? los primeros piensan en su bolsillo, los otros piensan en el futuro.
No solo en la 4ta republica sino en esta nefasta 5ta republica hemos sido cómplices por cobardía, por omisión, por viveza o por ignorancia, buscando ganar más, sin aplicar esfuerzo alguno. Acción que nos arrastra a un hoyo sin fin. Actuando como especímenes y no como pensantes creadores de sociedad.
Y como dijera A. Brey, nos invade la sociedad de la ignorancia.
La transición a una sociedad responsable, que trabaje en la perspectiva de una evolución consciente como país, generando progreso, igualdad, legalidad, libertad, fe, dignidad, seguridad, educación, será el arduo camino de los próximos 50 años, iniciándose al momento de quitarnos esta nube negra que se empeña en empañar el futuro de nuestras generaciones.
vmreporte@gmail.com
@Mionvi
22.10.2010
Estemos claros, esos 40 años de democracia no fueron la plenitud del país, como pudo serlo. Tampoco fue una época para sentirse orgulloso de lo vivido, no olvidemos fue en ese entonces donde el pueblo voto dos veces por Carlos Andrés Pérez el faraónico brinca charcos y dos veces por Rafael Caldera, el mojigato iniciador y propiciador del país corrupto, que en su soberbia se gesto el microbio que generó la traición y la estupidez que llevamos 12 años en hombros. La cobardía de un país corroído y permeado por el narco terrorismo internacional, degenerado a tal punto y como hoy lo conocemos.
Sabemos, que este momento no ha sido ni es, un proceso de construcción de una nueva historia para el país, los cambios, no sé si “radicales” pero si irreversibles que se han dado, no son más que una capa de pintura a las ya obsoletas estructuras individualistas del comunismo del antiguo mundo, ese mundo de la guerra fría, ese conocido antes de la caída del muro de Berlín.
En estas latitudes y en los últimos 50 años, los acontecimientos que en forma de revoluciones, cambios de régimen, auge y caída de imperios, han terminado siendo paja. Los revolucionarios son en la imaginería popular, ensalzados a niveles de justicieros poéticos, cuando en realidad son asesinos, traficantes y terroristas.
En nuestra Venezuela, hemos permitido nos encerraran en una capsula de un pasado oscuro y obsoleto llamada comunismo, cuando en realidad vivimos en un mundo globalizado, donde las comunicaciones son instantáneas, la educación del tu a tu de las aulas, llega además de manera virtual, donde la meritocracia y la competitividad del ser, establece el nivel en el que te desarrollas y no con la posición social o el estrato cultural en el que te quieren enmarcar para utilizarte como estandarte político, y terminar siendo carne de cañón.
Desastroso ha sido el dejarnos llevar de la mano por políticos y no por estadistas. ¿La diferencia? los primeros piensan en su bolsillo, los otros piensan en el futuro.
No solo en la 4ta republica sino en esta nefasta 5ta republica hemos sido cómplices por cobardía, por omisión, por viveza o por ignorancia, buscando ganar más, sin aplicar esfuerzo alguno. Acción que nos arrastra a un hoyo sin fin. Actuando como especímenes y no como pensantes creadores de sociedad.
Y como dijera A. Brey, nos invade la sociedad de la ignorancia.
La transición a una sociedad responsable, que trabaje en la perspectiva de una evolución consciente como país, generando progreso, igualdad, legalidad, libertad, fe, dignidad, seguridad, educación, será el arduo camino de los próximos 50 años, iniciándose al momento de quitarnos esta nube negra que se empeña en empañar el futuro de nuestras generaciones.
Arq. Víctor Juan Mión Pivetta
vmreporte@gmail.com
@Mionvi
22.10.2010