Paremos las prospecciones, dice Greenpeace
El Gobierno español ha sucumbido al lobby de las petroleras.
Sigue una hoja de ruta que empezó con la aniquilación del sector de las energías renovables y que ahora pretende continuar “decorando” nuestros mares con torres de perforación para extraer gas y petróleo.
Durante años España fue reconocida como pionera en el desarrollo de las energías renovables. Por su situación geográfica goza de un clima en el que la luz supera los más de 300 días al año. Sus investigaciones y proyectos llegaron a asombrar en California, Oriente Medio y países de Europa y de África.
En nuestro mismo territorio se aprovecharon estupendas llanuras antes dedicadas a una agricultura de sostenimiento, a pastos y al cultivo de lino y de otras variedades financiadas por la Unión Europea. Pero resultaron de difícil encaje en la industria y en el comercio hasta llegar al escándalo de que muchos propietarios plantaban campos de girasoles, colza o lino que muchas veces dejaban sin recoger porque eran más substanciosas las subvenciones de la comunidad europea que su comercialización, Igual había sucedido con el aceite de girasol, que llegó a extremos de arrancar olivos en campos en donde se producían aceites de la mejor calidad durante siglos, muchos de ellos anteriores a los romanos y a la incomparable agricultura aportada por los árabes. Se plantaron miles de hectáreas de girasoles al igual que hubo que detener a tiempo la destrucción de tradicionales viñedos que producían caldos reconocidos y valorados en todo el mundo. Llegaron a percibirse subvenciones por el número de hectáreas de olivos o de cepas de viñedos destruidos. Se llegaron a hacer campañas por la ministra Salgado contra el vino y licores alcohólicos. Países competidores como Francia e Italia se llevaron en cisternas millones de litros de vino y de aceite para mezclarlos a sus caldos, embotellarlos y exportarlos bajo nombres italianos o franceses. Hoy esto parece increíble, un despropósito como el sucedido con la inusitada competencia con cítricos, tomates y otros productos tempranos procedentes del norte de África y de Israel.
Se cubrieron extensas superficies con pantallas solares, centrales eólicas y marítimas que luego, bastardos intereses promovieron la alteración en los precios y el anhelado desarrollo tecnológico y comercial de estas energías alternativas por culpa de multinacionales y lobbies al servicio de la industria de hidrocarburos, refinerías y transportes.
Así estábamos en este desgraciado país, bendecido por el sol y por costas con aguas maravillosas que padecieron la burbuja inmobiliaria que destrozó parte de nuestro litoral. Entonces irrumpió la fiebre del oro negro como en su día también la destrucción de los más ricos caladeros del Atlántico y del Pacífico hasta el punto de enviar barcos de guerra españoles para proteger la pesca arrasadora en las costas de Etiopía, Eritrea en el Indico bajo el infame pretexto de luchar contra los “piratas” de la zona que no eran otros que los naturales de esos países a los que habían impedido pescar en sus caladeros.
Ahora secundamos la movilización de la ciudadanía para denunciar prospecciones petrolíferas en el mar. De nuevo, como en Canarias, Tarragona o la costa vasca, la empresa agraciada por el Gobierno ha sido la multinacional Repsol. Tiene permiso para perforar a tan solo 10 kms. de la costa del Sol. La zona autorizada para las prospecciones se sitúa en el sector con mayor peligrosidad sísmica del país, junto a la enorme falla que une la península ibérica con el continente africano.
Ni la empresa ni el Gobierno han considerado necesario estudiar esta peligrosidad sísmica para evaluar el proyecto. Tras haber dicho No a las prospecciones en el mar de Alborán, el barco de Green Peace, Arctic Sunrise, seguirá rumbo a Canarias para repetir el mismo mensaje: No a las Prospecciones, No a un modelo energético que no apoya a las energías limpias, No al beneficio de unos pocos a costa del medio ambiente y del modo de vida de miles de ciudadanos.
Lo seguiremos diciendo tantas veces como haga falta. Miles de personas lo han dicho ya. Paremos ya esta fiebre por las prospecciones.