Los tipos de gobierno que dirigen nuestras sociedades son de muy diversa índole, pero haciendo un ejercicio de simplificación y aglutinando en un sólo concepto todas las perspectivas de presente, de futuro y de pasado podemos dividirlos en dos: los responsables y los mediocres.
Los gobiernos responsables se dedican a gobernar aportando las mejores soluciones para sus países, fijándose en la efectividad de sus medidas y anteponiendo los intereses globales a los de su propio partido. Son gobiernos, en definitiva, que no gobiernan para seguir gobernando sino para realizar la labor encomendada de manera responsable. Evidentemente, hay muy pocos gobiernos responsables.
Luego están los gobiernos mediocres, que son aquellos que se dedican a gobernar aportando soluciones para su reelección, fijándose únicamente en el rédito político que pueden obtener de cada medida que aprueban y anteponiendo sus intereses partidistas a los globales de la sociedad que regentan. Son gobiernos, en definitiva, que gobiernan para seguir gobernando sin importarles la labor que les fue encomendada. De este tipo hay cientos de ejemplos en el mundo.
Y el más sangrante es el gobierno español, el gobierno encabezado por Zapatero que se está mostrando incapaz de aportar nada interesante a la presente crisis económica por la sencilla razón de que está más preocupado en ganar las próximas elecciones generales que en tomar medidas efectivas.
Un claro ejemplo es el Proyecto de Presupuestos Generales que ha presentado en el Congreso. Son presupuestos que han incrementado el gasto en aspectos sociales y lo han reducido en todo lo demás. ¿Qué nos quiere decir?
Está buscando tener contentos a las personas que están sufriendo la crisis en sus carnes, la inmensa mayoría de la población, a través de subsidios y prestaciones, sin importar que una política de este tipo favorezca el estancamiento y debilite la dinamización.
Y como consecuencia de este exceso de subsidios y prestaciones el gobierno ha decicido reducir la partida de I+D+i, lo cuál es una verdadera vergÁ¼enza. ¿Cómo va a reducir España la brecha competitiva que le separa del resto de países de su entorno si se reduce el dinero dedicado a la investigación y desarrollo?
Un gobierno con suficiente talla vería que una manera adecuada para ser más competitivos como país o para cambiar el modelo productivo (tan cacareado desde las palabras vacías de los discursos presidenciales) es la inversión en I+D+i, y el reducir esta partida en tiempos de crisis no hace más que ahondar en la propia crisis, perpetuándola.
De una crisis se sale invirtiendo, nunca guardando, pero invirtiendo en las partidas correctas, no pagando a la gente para que esté contenta mientras no tiene trabajo sino buscando la forma para generar el puesto de empleo para esa gente.
El gobierno de Zapatero lleva ya mucho tiempo demostrando que la grandilocuencia de sus palabras no se corresponde con la mediocridad de sus hechos.