Sociopolítica

El imperio del fin del mundo

ROSTROS SUCIOS QUE NO QUERRÁAMOS TENER DE VECINOS

Nos disponemos a terminar un año de difícil olvido. Por una parte se ha reafirmado una aristocracia capitalista mancomunada de SEÑORES FEUDALES de las finanzas, la industria petroquímica , las tecnológicas, la construcción, la información y la guerra que pese a ser todas y cada una absolutamente impresentables por sus efectos de muerte, envenenamiento mental o físico –según la especialidad- crimen a gran escala, empobrecimiento económico mundial y acoso laboral extremo a los trabajadores , representan ante la opinión pública, con cuidadas representaciones teatrales en palacios, catedrales, congresos, cumbres y cuentos sin fin lo que pretende ser el lado bueno de la mafiocracia feudal. Sin embargo, el lado malo es el real y absolutamente impresentable en sociedad, y lo forman- junto a las nefastas actividades mencionadas- otras perversas “industrias anexas”, como la prostitución, las drogas, el juego, el tráfico de armas, las cárceles privadas, ejércitos privados, y otras caras sucias de las que sólo vemos la superficie del iceberg, si es que nos dejan. Nunca como hoy las sociedades del crimen organizado han sido tan fuertes ni han contado con tantos recursos para engañar, dominar y destrozar vidas y al propio Planeta.

DEL CANTO DE SIRENA AL CANTO DEL CISNE

Con todos los que aparecen ante nosotros controlando este barco mundo, capitaneado seguramente por alguna cohorte demoníaca a la que sirven con fidelidad de monaguillos, este Planeta está soportando una doble dosis de venenos: los que proceden del funcionamiento de todos esos submundos, y el mental, como energía negativa en forma de odio, violencia, envidia, codicia, y otros de esa índole. Unos y otros arruinan la habitabilidad de la madre Tierra, la economía y la moral de sus habitantes, convertidos muchos de ellos en ciegos imitadores y seguidores como sucede en las películas de vampiros. ¿Quién no está libre del todo de esos defectos? Afortunado quien lo esté. Seguro que está despierto y se siente vivo.

De las energías negativas se alimentan los ricos y poderosos, y a la vez las promueven de muy diversos modos para que no cesen, y con tal éxito que la mayoría de la humanidad les admira secretamente, les imita en lo que pueden y juega a múltiples loterías mientras se queda sin trabajo y sin ayudas sociales. Y pese a eso, cientos de millones de víctimas de este Sistema vampírico siguen admirando en secreto a quienes les arruinan la vida y quisieran ser como ellos, hipnotizados por sus cuentos. Por eso juegan a las loterías. Pregunten a ver quién no quiere ser rico y cuántos de ellos estarían dispuestos a compartir sus riquezas. Oh…

EL CUENTO DE LAS TRES MENTIRAS: DEMOCRACIA, PROGRESO Y BIENESTAR

Especialmente desde la caída de la URRSS, y luego del emblemático muro berlinés, las repercusiones políticas no tardaron en hacerse notar en forma de una alarmante toma de posiciones del capitalismo, ahora sin el contrapeso que ejerciera anteriormente el bloque soviético. Se puso en marcha un silencioso pero progresivo cerco a los órganos de poder democráticos por parte de los lobbies. El Parlamento burgués clásico, el de los capitalistas del antiguo régimen, necesitaba ser reformado para dar acceso al pujante poder de los nuevos bárbaros, y estos acabarían finalmente por controlarlos y tomar las riendas de los Estados. Al principio hablaron de “democracia”“progreso” y “sociedad del bienestar” y se presentaron como sus artífices. Ahí se mordió en el cuello a la gente con el señuelo del consumo y los créditos fáciles. Y las gentes, seducidas, se dejaron morder. Esa fue la preparación para el salto a una segunda fase en que se quitaron la máscara de vampiros que escondía a todos estos banqueros y políticos que les hacen el trabajo sucio para que puedan seguir chupando a los pueblos. Todo ello con la bendición de la Iglesia católica, que en España se lleva la gran tajada nacional: nada menos que alrededor de diez mil millones de euros/año cuando el mismo gobierno que se los entrega quiere privatizar la sanidad aduciendo que pierde quinientos millones, o hace recortes en educación por arañar doscientos millones más. Es fácil adivinar lo que hay tras esto.

Progreso material y promesas de sociedad del bienestar han sido durante algunos años los grandes reclamos de seducción hasta hoy mismo, igual que el marxismo lo fue para Rusia y los países de su influencia en el Este y en el Oeste. Unos y otros paradigmas acabaron por mostrar su vacuidad. Ni hubo marxismo – sino parcial y burda imitación, a la que se llamó Socialismo Real , ni hubo progreso real ni democracia, sino parcial y burda imitación de todo ello a la que se llamó Democracia Formal. Y ahora se esfumó el exiguo estado del bienestar a velocidad vertiginosa y en España descubrimos que vivimos en un país con seis millones de parados donde son arrojadas de sus viviendas más de quinientas familias al día, y el número de suicidios supera al de accidentes de tráfico cada semana.

Si el hundimiento del marxismo soviético degenerado a capitalismo por sus élites gobernantes produjo desengaños profundos, oposición y escepticismo a los antes esperanzados en el comunismo como solución a la explotación, la falta de libertades y la miseria, esto mismo nos ha pasado con la democracia formal en España, Portugal o Grecia. Si en Rusia se produjo la caída de la cultura marxista tan vigorosa anteriormente en todos los terrenos, en España, por ejemplo, está resurgiendo la ideología cultural del franquismo. No somos una excepción: cuando la gente ve lo que pasa en Corea del Norte o en China, se da cuenta de que siempre se utiliza la ideología como conviene a los grupos dominantes de cada sitio. Ya el hundimiento del régimen soviético pareció dar la razón a Pareto cuando afirmaba que la lucha de clases es una lucha de élites. Á‰lites sostenidas en su habilidad como cuenta-cuentos y en sus uniformados por si alguno no se los cree.

En Occidente, también las élites han domesticado a los órganos de clase, y sus dirigentes comen en la mesa de los patronos y gozan de poder y privilegios para actuar de adormideras sociales a cambio de migajas. Todo eso se acompaña hacia la galería de muchas palabras y actos reivindicativos de corto alcance para calmar a sus votantes y que estos no les expulsen de sus cómodos sillones. La consecuencia es un enorme retroceso social y una gran división que ha conducido a muchos a esa especie de resignación que les lleva a votar como sonámbulos cuando se les indica, creyendo que fuera de ese juego de partidos y sindicatos no hay salvación social.

En el punto en que estamos hoy, solo una masa crítica de gente despierta puede hacer retroceder a los vampiros mundiales. La levadura ya va creciendo con nombres como 15-M, 25-S, Ocupa W. Street, o Stop Desahucios, donde un número cada mayor de ciudadanos se echa a las calles para decir BASTA. Sólo estas actitudes pueden ayudar a despertar a los dormidos de los cuentos del poder económico, político, sindical y eclesiástico, que son los órganos vitales de esto que llamamos Sistema.

BASTA, pues, y a despertar.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.