Sociopolítica

El insolente Bárcenas

Mientras nuestros vecinos italianos, y salvando las distancias puesto que no son comportamientos comparables, cuentan con el inefable cómico-político Beppe Grillo, nosotros disponemos de un gerente y ex tesorero único, que ha sabido compatibilizar su cometido de contable distinguido con la de marchante y audaz broker, capaz de levantar con un sueldo anual de 200.000 euros (tres veces más que el presidente del Gobierno) una fortuna de 38 millones y sin despeinarse. Tal inteligencia y capacidad, dignos de estudio, no debería ser desaprovechado. No obstante podemos respirar tranquilos dado que el juez le ha retirado el pasaporte para impedir la fuga de tal cerebro, lo cual no preocupado en exceso al “peinetero” y ex senador por entender que en España y con “posibles” se puede vivir maravillosamente.

La insolencia de este personaje, hábil alpinista, esquiador, y gourmet de categoría, no tiene parangón, hasta ahora, en la historia de la corrupción; y eso que como se está destapando, somos unos maestros en la disciplina, pero Bárcenas, rompiendo moldes, ha dejado en mantillas al mismísimo ex director de la Guardia Civil en la época de Felipe González, Luis Roldan y su inefable Capitán Kan.

Anteriormente, todo lo que tenía envenenados a algunos dirigentes del PP es que mientras ellos, presuntamente, aspiraban a sobres mejor dotados económicamente, su gerente nadaba en la abundancia debido a sus múltiples y especiales habilidades. Según cuentan, son bastantes los que desde hace cierto tiempo padecen un permanente insomnio, temiendo que aparezcan los malditos papeles de verdad, con el nombre de los perceptores de dádivas y el consiguiente “recibí”. Ese día, que llegará, se va a organizar la mundial. Los españoles, cargados de razón, están deseando que aflore tal documentación.

Resulta muy desagradable el vivir permanentemente instalados entre la duda y la incertidumbre. En nuestro caso, el remedio (silencio), está resultando peor que la enfermedad (corrupción), lo que nos induce a pensar que gozamos de una relativa democracia y falsa libertad. Rajoy está pagando muy caro el silencio de Bárcenas y padecer la amargura de un chantaje humilla nuestra condición de ciudadanos libres. El divorcio entre Administración y administrados está alcanzando cotas abismales. Cuando lo robado y defraudado supone cifras inimaginables, el terror de ser descubierto atenaza hasta el estrangulamiento como quizá le esté ocurriendo a algunos altos cargos del PP y otros partidos.

En el pasado Debate del Estado de la Nación, pomposo nombre que no responde al cometido, la cuantía, intensidad, repetición controlada y energía de los aplausos de los diputados del PP a su líder, mirándose bobaliconamente unos a otros y moviendo la cabeza en señal de compartido reconocimiento, constituyen el esfuerzo para ser incluidos una vez más en las listas de las próximas elecciones generales del 2015, por obra y gracia del sistema de “listas cerradas”, tan defendido por los grandes partidos y denostado por los menores.

Rajoy, eludiendo pronunciar el nombre de su ex tesorero a lo largo del circo que ha supuesto el Debate, solo ha servido para resaltar el temor reverencial del presidente hacia Bárcenas, quien con sus estrategias, declaraciones y viajes está ridiculizando al Gobierno y demostrando que los tiempos es él quien los marca a través de los medios. Convendría recordar que lo que se esconde, lo que se oculta, es siempre lo más buscado…El presidente se niega a admitir todas las posibles corruptelas cometidas por los suyos en el pasado, y el no reconocerlo, solo provoca el que re refuerce el ahínco en su búsqueda. Compartir secretos entre tantos es prácticamente inviable y pretender tapar las vergÁ¼enzas del partido y de algunos de sus colaboradores, a pesar de la indiscutible honradez del presidente, podría ocasionarle el anticipo de su muerte política.

La Moncloa se ha encargado machaconamente a través de los suyos de difundir la consigna de que «el Gobierno ha recuperado la iniciativa política», cuando en realidad, tal mensaje solo interesa a los que viven de la política, que a la sazón ya son demasiados, pero no es ni con mucho lo que quieren y necesitan los españoles. Prueba evidente de ello es que el mencionado Debate sobre el Estado de la Nación, solo interesó a un mínimo de ciudadanos a juzgar por la audiencia televisiva que no alcanzo ni el 3%. Cuando ocurre algo que la sociedad considera de interés, las audiencias se disparan, las encuestas lo ratifican y es difundido por todos los medios. El PP puede otorgarle al resultado del Debate una gran victoría para su líder, pero eso no impide que muchos de sus altos dirigentes vivan asustados y eludan dejarse ver en lugares públicos.

Que Bárcenas sea un caradura redomado es un sentimiento compartido, pero tampoco nadie duda de que es dueño de un pozo de información inagotable, y tal circunstancia no tiene precio. Dice el refrán «que si no puedes con tu enemigo, únete a él», con lo cual, en la próxima crisis de Gobierno y permítaseme la broma, lo suyo sería nombrar vicepresidente económico a L.B. Insisto en que disculpen la licencia, pero después de presenciar como la Secretaria de Organización del PP, Dolores Cospedal, trataba de explicar el finiquito del Sr. Bárcenas a base de soltar tanta idiotez junta, simulación incluida, dan ganas de llorar. Con lo fácil que habría sido mostrar a las cámaras el documento del citado finiquito. ¿No cierto eso de que una imagen vale más que mil palabras? . ¿Cuando y quien será el que se atreva a contarnos la verdad? Hacer el ridículo con tanta asiduidad debe resultar agotador. Para más inri, ahora resulta que es el propio Bárcenas quien demanda al PP por despido improcedente, solicitando la correspondiente indemnización. En que quedamos, ¿no había sido despedido el tesorero en 2010? ¡¡Que papelón don Mariano!! No para de coleccionar marrones.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.