Quiero primero de todo, el reiterar lo ya dicho muchas veces… que no estoy en contra de ninguna religión que pacíficamente predique y practique sus creencias y sin interferir en nada de la vida de otros que no comulguen con ellas; puesto que yo también soy creyente y creo en la principal riqueza que me dio Dios… y que no es otra que mi plena libertad para en paz y concordia orarle o adorarle como mejor me parezca y de acuerdo sólo con mi propia conciencia individual.
Escribo en los días en que se publica la aberrante y preocupante noticia que afirma el que a una mujer musulmana, residente en España, la han retenido en una finca (masía) catalana de la provincia de Tarragona y que allí, ha sido juzgada por casi una veintena de musulmanes fanáticos, que culpándola de una relación sexual fuera de su ley (recordemos que todos estos individuos están en España y por tanto sometidos a sus leyes) “religiosa”; la condenaron a ser lapidada; cosa que no pudieron hacer por cuanto y por circunstancias de pura casualidad, esta pobre mujer pudo escapar y la policía ha actuado deteniendo a alguno de estos bárbaros que nos invaden… pues no olvidemos que hay un sector del Islam, que fanáticamente mantiene, difunde, propaga y fanatiza a sus seguidores para que de momento (después querrán más) conquisten de nuevo lo que hace un milenio era conocido como “Al-Ándalus”, que no es sólo Andalucía como algunos incultos creen, sino que estos fanáticos consideran fue toda la península Ibérica y territorios de la vecina Francia, hasta Poitiers, que es desde donde los hizo retroceder Carlos Martel, en el año 732. Tomen nota pues, los franceses, portugueses, e incluso andorranos; e incluso “otros” que aspiran a la independencia regional.
Estos fanáticos ni entran en reconocer la verdad escueta y que simplemente es reconocer que aquellos musulmanes del siglo VIII, invadieron otros territorios que ya contaban con civilizaciones perfectamente datadas y reconocidas en la historia mundial y que más o menos, habían marchado, nada menos que diecisiete siglos antes de que “Alá” fuese impuesta en los mismos; tal y como demuestra la historia de Andalucía, que es la más vieja o antigua de todo el Occidente y con varias culturas propias.
Por tanto se establecieron una serie de luchas que duraron siglos y al final los descendientes de aquellos invasores, fueron derrotados y muchos expulsados (otros se quedaron voluntariamente convirtiéndose a la religión vencedora: o sea lo de siempre) hacia territorios de sus afines. Por tanto no pueden ejercer otra reivindicación que la que marca una nostalgia, que otros pueblos o religiones pueden sentir; puesto que no olvidemos que el Islam se desarrolla en sus primeras etapas en territorios que habían adoptado la religión cristiana… y que yo sepa, el Cristianismo terminó por aceptarlo.
Recordemos que en la actualidad, la religión que más sangre está derramando es el fanatismo islámico (nadie entienda que meto a todos los musulmanes en ello) y precisamente asesinándose en masa entre ellos. Como prueba de ello simplemente ver lo que ocurre en Irak, Pakistán y Afganistán. Y nadie mezcle ello con las muertes que provocan los invasores occidentales, lo que igualmente critico con la dureza que merecen los continuos asesinatos de habitantes civiles y que como tales no tiene culpa alguna de las guerras que se traen entre unos y otros, por los intereses materiales que sean; puesto que una religión no debe entrar en esos mercadeos de dinero y poder.
Pero lo que últimamente me ha asombrado enormemente, es que en Arabia Saudí, y donde está la casa paterna de los “Bin Laden” (famoso terrorista y con el que nos están asustando cada dos por tres en todo el mundo occidental)… y que a dicha casa regresa la que se dice “hija perdida” (Imam de nombre) y que residía en Teherán al amparo de los famosos ayatolás; nada que sorprenda el hecho natural por demás.
Pero que para celebrar el regreso de esta hija, la casa paterna y musulmana, sacrifique nada menos que cien camellos y que aparte de esta “hecatombe”, el hijo mayor (Omar) sacrifique otros cien carneros; esto no es que sorprenda, es que horroriza a cualquiera mínimamente civilizado; puesto que ello es retrotraerse a milenios atrás y a épocas incluso anteriores al propio Profeta Mahoma, donde aquellos pueblos bestias, eran capaces de sacrificar a su propio hijo (caso de Abraham) en nombre del más piadoso de todos los dioses… los politeístas es que sacrificaban hasta rebaños enteros a sus divinidades y en beneficio del templo y sus sacerdotes.
¿Estas aberraciones las quieren imponer los que dicen predicar a un Dios justo y misericordioso?
“En nombre del Dios clemente y misericordioso”… estas son las primeras frases que con el Sura Primero, se inicia El Corán o libro de Mahoma… Que alguien me explique la relación de tan religioso mensaje, con todo lo demás que hacen y practican muchos musulmanes en la actualidad.