Ciencia

El lobo: sentido y sensibilidad

Durante siglos los lobos, y en especial el lobo ibérico (Canis lupus signatus), han sido perseguidos por el ser humano. Maltratado, envenenado, cazado, y ahuyentado, este mamífero ha sobrevivido en la Península Ibérica, pero sigue siendo un gran desconocido. Es hora de perseguirle, esta vez, para conocerlo mejor.

A pesar de las constantes amenazas que acechan al lobo ibérico, subespecie del lobo, endémica a la Península Ibérica, este mamífero mantiene sus hábitos en un territorio cada vez más limitado y fragmentado por el ser humano.

Como cualquier otro grupo de carnívoros, caza, se alimenta, se reproduce y lucha por su territorio, a veces de la forma más inimaginable. Según un estudio publicado recientemente en la revista Animal Behaviour, los lobos son capaces de tomar decisiones para seleccionar los sustratos en los que depositar sus marcas fecales.

“Perciben su entorno y seleccionan aquellas especies que son menos abundantes en el medio, porque son las que más llaman a atención de otros individuos, sobre todo de lobos de otras manadas en los límites territoriales”, señala a SINC Isabel Barja, autora del estudio e investigadora en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

Los lobos eligen el tamaño (diámetro), altura, y, en menor medida, la especie de las plantas para marcar su territorio. Pero no sólo por eso, pues las señales químicas fecales o de orina tienen muchas funciones.

Según Barja, indican el estatus social, el estado reproductor, y el estado emocional, entre otros. “Una misma señal tiene muchas funciones”, afirma la investigadora.

La investigación, que ha sido la primera en llegar a estas conclusiones, demuestra que los lobos seleccionan, diferencian, y perciben, y no lo hacen al azar. “Depositan marcas fecales en las plantas porque retienen mejor los olores. Realza además el componente visual de la señal y aumenta la probabilidad de que ésta sea detectada por otros congéneres, y que la señal sea más efectiva”, recalca la experta, quien añade que es “muy importante a nivel cognitivo”.

El comportamiento del lobo manifiesta cuán sensible es a los cambios en su hábitat, sobre todo al ser un animal muy territorial. “En muchas zonas se tienen a limpiar y eliminar la vegetación de los caminos. Como los lobos se desplazan por pistas forestales y por cortafuegos, y si en esos eliminamos todos los sustratos que tienen para marcar, alteramos el comportamiento de ese animal”, alerta Barja.

Pero la fragmentación de los territorios en los que vive no es la única amenaza del lobo ibérico. “El lobo fue, es, y será un animal perseguido por el hombre, apreciado en el medio urbano, pero odiado en el medio rural. Esto va a seguir siendo así, sobre todo por los conflictos con la ganadería”, lamenta esta experta en ecología del comportamiento del lobo.

En la frontera de la amenaza

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el lobo está catalogado en España como ‘casi amenazado’. “Al norte del Duero es especie una cinegética (de caza), y al sur es una especie en peligro de extinción”, advierte Barja. En el resto del mundo, la preocupación es menor.

Aunque no se ha realizado censo alguno de los lobos en la Península Ibérica durante los últimos años, algunos científicos consideran que existen entre 750 y 2.000 adultos reproductores.

“El censo del número absoluto de lobos es francamente difícil, de manera que las cifras disponibles se refieren a estimas resultantes de contabilizar manadas y asumir un número medio de integrantes para cada una”, declara a SINC José María Fernández García, investigador para el Instituto Alavés de la Naturaleza, y autor del estudio publicado este mes en el European Journal of Wildlife Research.

En la actualidad “la situación es bastante desconocida. No existen estudios peninsulares desde hace muchos años”, apunta Barja. El último censo es de 1985. La investigadora sigue esperando que se establezca una metodología universal para su análisis y catalogación.

La científica lleva diez años observando a estos mamíferos en la Sierra de la Culebra (Zamora) y en el Parque Natural de Montes de Invernadero (Galicia), zonas no muy representativas de la especie, pero donde las poblaciones son “estables”. La Sierra de la Culebra tiene la mayor densidad de lobos de Europa occidental.

“En la Sierra Morena andaluza existe un núcleo demográficamente débil y en regresión, es decir, amenazado”, señala Fernández García. El lobo se enfrenta también a la caza ilegal, y “a otras amenazas que se conocen menos, pero están ahí”, como la endogamia en zonas de alta densidad y territorios muy pequeños. “Aquí los grupos son muy grandes y los animales tienen pocas posibilidades de dispersarse porque todo está ocupado”, informa Barja.

Conflicto ancestral

Aunque en las poblaciones del norte ibérico (Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, La Rioja y Castilla y León) el lobo “no corre el riesgo de desaparición a corto plazo”, según el experto, el control por caza debe mantenerse en niveles moderados y evitarse el furtivismo “para que las poblaciones se mantengan en el tiempo”.

A la caza se suma el conflicto secular con la actividad ganadera que estimula “una persecución más o menos constante”, afirma el investigador. En opinión de Fernández García, el conflicto lobo-ganadería podría mitigarse con la adopción de medidas preventivas y compensatorias.

Sin embargo, por ahora el conflicto no se resuelve. El lobo ibérico parece no desprenderse de la imagen de “lobo feroz” adquirida a lo largo del tiempo. Pero la realidad muestra que es un mamífero ibérico que lucha por sobrevivir en territorios cada vez menos salvajes. ¿Para cuándo una segunda oportunidad?

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PERFÁL DEL LOBO IBÁ‰RICO

Población: Cerca de 750 adultos reproductores, incluyendo los núcleos de Portugal, según la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico.

Peso: Entre 12 y 75 kg.

Manadas: De 5 a 12 miembros.

Camadas: Tras una gestación de dos meses (entre 61 y 63 días), en primavera nacen las crías, normalmente una media de 5 por camada

Hábitat: Bosques y montañas de la mayor parte de Galicia, la porción meridional de Asturias y Cantabria, la mitad septentrional de Castilla-y-León, algunas zonas de La Rioja y el País Vasco, y dos núcleos residuales y aislados en Extremadura y Sierra Morena.

Caza: La caza está permitida en Castilla-y-León y Galicia, es decir en el 75% de su área de distribución.

Amenazas: La caza furtiva supone el 40% de la mortalidad. En algunas zonas alcanza el 87% donde por cada lobo cazado legalmente mueren 6,6 de forma ilegal. Los cepos, venenos y atropellos son otras de sus amenazas.

Conflicto de intereses: El lobo ha competido desde la antigÁ¼edad con la ganadería, lo que ha dado lugar a su persecución y posterior decadencia en muchas áreas. En las zonas donde coinciden lobo y ganado se ocasionan daños que pueden ascender a 1,5 millones de euros en España.

Diversidad genética: El intercambio genético entre poblaciones contiguas y aparentemente conectadas de Lugo y Asturias es menor que el que existe entre poblaciones separadas por más de 1.000 kilómetros en el norte de Canadá.

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Referencias bibliográficas:

Fernández, José María; Ruiz de Azua, Nerea. “Historical dynamics of a declining wolf population: persecution vs. prey reduction” European Journal of Wildlife Research 56(2): 169-179, abril de 2010.

Isabel Barja. “Decision making in plant selection during the faecal-marking behaviour of wild wolves” Animal Behaviour 77: 489-493, 2009.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.