El día que esto escribo; acabo de ver (por TV) al ministro “de orden público” (Gobernación) y el que tras colocar unas medallas a destacados policías nacionales, en la conmemoración del doscientos aniversario de la Policía Nacional de España; lanza un discurso y nos suelta, entre otras muchas cosas, lo siguiente.
“Somos el país más seguro de los de toda Europa”; lo que me da mucha risa y supongo que a las enormes cantidades de indefensos españoles, que sufren la plaga de la delincuencia que asola España… “también les producirá sentimientos si no de risa, quizá de otros mucho peores”; puesto que aquí la mayoría de casos, te los solucionan como en la mili nos los solucionaban a los soldados rasos, o sea… “el maestro armero”.
El ministro nos dice que España cuenta con unos setenta mil policías nacionales; posiblemente igual o mayor cantidad de miembros de la Guardia Civil; y ni sabemos cuántos hay de “las autonómicas” y municipales (en mi ciudad, para menos de ciento veinte mil habitantes; ya mantenemos casi doscientos “municipales” con pistola al cinto: pero aquí los robos y atracos siguen siendo numerosos).
Por tanto “fuerzas del orden público”; creemos que habría más que suficiente, si las leyes y todo lo que ello conlleva, funcionaran y de forma ejemplarizante; puesto que a la vista está, que lo de la reinserción, es “un espejismo más” y la delincuencia, aumenta cada año; lo que nos dice que los sistemas que se han empleado, no sirven para nada o para tan poco, que a la vista está.
Y a la vista estuvo un año más; cuando presidido por el rey y todos los demás altos funcionarios (ministro incluido) y los que lucían hermosísimos collares y como corresponde a sus dignidades; recientemente nos informaron del desastre multirrepetido de eso que se ha venido en denominar “año judicial” o algo así y que ahora no recuerdo.
Y es un desastre, por cuanto al presentar la enormidad de delitos que se han denunciado en 2009 (tengamos en cuenta que cantidades enormes de ellos ya ni se denuncian, por aquello que arriba dijo del “maestro armero”); se reconoce oficialmente que han aumentado sensiblemente en relación al año anterior.
Y entre esos aumentos, se reconoce que nada menos que trece mil quinientos (13.500) niños menores de catorce años; han sido detenidos por delitos “varios”, cometidos, pero como no tienen edad penal, los casos simplemente han sido archivados por ser ininputables y “los niños a la calle a seguir delinquiendo”.
Sabido es que por estas “lagunas” de las leyes; delincuentes que saben lo que hacen y lo hacen a pesar de todo; son empleados incluso por bandas de mayores de edad, los que los emplean adrede y por si los cogen (cuando los cogen que muchas veces no) que sean estos menores los que responden, puesto que no responden de nada y por grave que sea el delito; cosa de la que ya hay clamor, ya que, reitero; esos “niños” en mayoría, ya saben… “latín, letón y lituano”, puesto que además los preparan para el delito.
Como el ministro (adrede ni lo nombro, no merece la pena) sabe de todo ello mucho más que el resto de indefensos españoles; mejor debiera guardarse los discursos para darlos a puerta cerrada; puesto que en público, si no se le ve el plumero, sí la hermosa calva que luce… pero que no nos venga con monsergas, que no se las cree ni él.
Y no se las cree nadie; puesto que en Andalucía y como ya he comentado en otras ocasiones; es que ya hay… “hasta cuatreros que roban los rebaños enteros y estos desaparecen, como desaparece la cartera en el bolsillo de un carterista”… Y no pasa nada… ¿dónde pues la Guardia Civil, la Policía Nacional, la Municipal, la Autonómica y demás cuerpos muy especializados?
Mejor supriman esas parafernalias anuales y al menos y como en tiempos de Franco… “no sabremos nada y viviremos engañados pero un poco más felices”; pero por lo que fuera, en esos tiempos del dictador; había infinitamente mucha menor delincuencia… y curiosamente, muchísimos menos presos en las cárceles… ¿Por qué sería ello? Esperamos lo averigÁ¼e nuestro vocinglero y presuntuoso ministro del “orden público” y a ver si logra aplicar remedios eficaces y que nos convenzan de que hay ganas de arreglar las cosas.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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