Ciencia

El naturalista Cuvier y el filósofo Hegel: relato de dos vidas paralelas

Carácter mundano, dogmatismo ideológico y una cierta impopularidad son algunos puntos en común de las biografías del naturalista Cuvier y del filósofo Hegel, tal como destaca el libro Las vidas paralelas de Georges Cuvier y Georg Wilhelm Friedrich Hegel. Naturaleza y filosofía, una obra del catedrático AdriÁ  Casinos del Departamento de Biología Animal de la Universidad de Barcelona, experto en biomecánica y en estudios sobre teorías evolutivas.

Cuvier y Hegel, como herederos de la ilustración tardía y miembros de una generación común, coinciden en las fechas de nacimiento y de muerte. Ambos vivieron inmersos en una Europa convulsa que presagiaba cambios profundos en el equilibrio político continental y en la ciencia, con personajes como Hooke, Buffon, Lavoisier, Lamarck, Owen, Linée, Humboldt y Lyell.

A lo largo de sus vidas, además, expresan una notoria confrontación con la Naturphilosophie. Por otra parte, una fe reformada les daba un amplio margen intelectual para generar un pensamiento autónomo y personal. Casinos apunta que «un hilo argumental importante para trazar de forma paralela las vidas de ambos personajes es que todas las coincidencias mencionadas tuvieron lugar porque ambos formaron parte de una generación protagonista de un momento único en la historia europea, un momento que puede calificarse de plenitud en todos los ámbito».

Georges Cuvier (Montbéliard, 1769 – París, 1832) es considerado el fundador de la anatomía comparada y de la paleontología. Contrario a las ideas lamarckianes, metódico y ambicioso, tenía una gran capacidad de trabajo. Es un referente clave del pensamiento predarwinista para entender los grandes cambios en la visión científica de los últimos siglos. Cuvier, con un brillante perfil social que lucía en las élites capitalinas, fue un científico ambicioso que distaba de la imagen caricaturesca y clásica de los naturalistas de la época.

«La figura de Cuvier era mucho más compleja que la imagen del villano, oportunista y enemigo de la idea lamarckiana de evolución que normalmente nos transmitía», escribe el autor. En concreto, el libro presenta Cuvier como el primer zoólogo, a escala continental europea, que aborda desde una perspectiva metodológica el desafío de encontrar una base científica para la clasificación natural. La difícil interpretación del registro fósil, el paradigma evolutivo, el método científico, la clasificación de los seres vivos y el pensamiento catastrofista son referentes constantes del pensamiento de Cuvier que se reflejan en el libro. «Todo lo relacionado con la inteligencia de Georges Cuvier tiene un cierto componente legendario. Es el caso de la extraordinaria medida de su cerebro, que se reveló en la autopsia», apunta el investigador.

El libro también revisa el mito del Cuvier como fundador de la anatomía funcional. Para Cuvier, según el autor, la anatomía era el medio para construir un esquema racional y predictivo de clasificación animal, «y la idea de adaptación nunca pasó por su mente». El autor también recuerda como la Naturphilosophie, fuertemente influida por el trascendentalismo kantiano, no implicó sólo la historia natural, y en concreto, la morfología, sino que también se involucró en otras áreas de la ciencia experimental. «La Naturphilosophie, en el marco de la historia natural, tiene un referente último fundamentalmente morfológico, es decir, de estudio de la forma», comenta Casinos.

Paradigma del idealismo alemán

Georg Wilhelm Friedrich Hegel (Stuttgart, 1770 – Berlín, 1831) representa la máxima expresión del idealismo alemán, la dialéctica como estructura de la realidad y del conocimiento. Con este pensador nace un nuevo sistema filosófico de un idealismo extremo, en que es literalmente imposible asumir que la idea pueda derivarse de algo relacionado con el mundo material, en concreto, con la naturaleza. Para Casinos, la vida cotidiana del autor de la Fenomenología del espíritu tampoco se ajusta a la idea caricaturesca que se tenía de los filósofos, y muestra un perfil afable, capaz de escuchar y de aceptar argumentos contrarios, siempre que la temática no sea de filosofía.

El pensamiento hegeliano, que otorga grados de perfección en el conocimiento, se fundamenta en un nuevo sistema filosófico que debe integrar la lógica, la filosofía de la naturaleza y la del espíritu, en un proceso de elevación desde la mera apreciación sensorial de los fenómenos. «Pero el sistema que Hegel había construido como la quintaesencia de la racionalidad, estallaría poco después de su muerte, como si sólo él hubiera sido literalmente el único capaz de marcar la pauta y garantizar la unidad», señala el científico.

El 14 de noviembre de 1831, Hegel murió en Berlín a causa del cólera. Georges Cuvier, víctima de la misma enfermedad, lo hizo el domingo 13 de mayo de 1832.

Fuente: UNIVERSIDAD DE BARCELONA

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.