Si le hablas a algún amigo extranjero de lo que está pasando en España, simplemente te dice: «Un paÃs de tontos. Un paÃs donde nadie ve, sabe, ni entiende. Las esposas de los presuntos corruptos no saben, y por no ver, no ven ni un Jaguar en su cochera, ni saben de dónde sale las fortunas que ellas mismas gastan ni si esos capitales se corresponden con los sueldos de sus esposos».
Pues con  las ‘tarjetas’, está pasando lo mismo… Ahora resulta que te daban una tarjeta de la empresa y nadie sabÃa que con ella no se podÃan comprar joyas, regalos, viajes, ir de copas y un largo etc. de tipo personal, gastando ingentes cantidades de dinero que no tenÃan nada que ver con sus sueldos…
En Derecho se dice que el acusado tiene derecho a mentir, pero cuando las mentiras son tan burdas, los jueces no tienen derecho a creerlas, porque están para hacer Justicia.
Pero lo peor de todo es que los votantes, como si creyeran que los capitales que descubren anticorrupción y los informes policiales, de los que se han apropiado estos polÃticos presuntos corruptos, no le cuestan nada a nadie, que aparecen en las cuentas de los paraÃsos fiscales de estos “señores/as†por gracia divina… ¡y les vuelven a votar!
Si hiciéramos un cálculo mental, nos darÃamos cuenta de que nos cuesta, y muy caro, a todos los contribuyentes. Lo que pagamos cada año al Estado, al municipio y a las CC.AA. debe revertir en servicios a la sociedad, y si las basuras se pagan varias veces el coste debido, simplemente nos están sustrayendo un dinero que necesitamos para darles de comer a nuestros hijos… Si nos quitan camas en los Hospitales, nos están llevando a tener un servicio deficiente, con camas en los pasillos y un largo etc.
Lo que hace necesaria la reprobación más absoluta.