EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Tremendo. Ahora resulta que la visita que el Papa tiene previsto realizar a Madrid con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, no la vamos a pagar todos, es decir los ciudadanos no católicos y los católicos, al menos en su totalidad porque un 50% del costo sí nos va a afectar. El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, he conseguido esponsors para sufragar el 50% del gasto de la visita comprometiendo a algunos empresarios españoles. Cincuenta millones de euros cuesta la visita de Benedicto XVI, de los cuales el 50% corre a cargo del Estado, es decir, de todos los españoles y el otro 50% a cargo de los empresarios, de esos empresarios que quieren abaratar el despido y dar y quitar trabajo, cuando mejor les convenga, a sus empleados porque dicen que la cosa está muy mal y están perdiendo dinero. Pero hay más, el Estado, el Gobierno, para que este “sacrificio” de los empresarios sea lo más llevadero posible, estos obtendrán una bonificación fiscal del 80% por haber declarado el Gobierno este evento como de “Interés especial”. O sea que al final, como siempre, como ya ocurrió en Valencia cuando la visita papal, lo vamos a pagar en su totalidad todos los españoles, creyente y no creyentes.
Yo soy creyente, creo en Dios porque en los momentos de soledad siempre tienes a quien poder dirigirte y compartir tus pesares, no en los hombres que dicen representarle, no me explico cómo la visita de una Papa puede costar tanto dinero. Ante esto, y pido perdón de antemano por si soy irreverente, he de decir que son muchas las ocasiones en que me dirijo a Dios pidiendo que baje a la Tierra y vea lo que hay, el hambre, la miseria, las guerras y se percate de que es lo que están haciendo sus “representantes”, aparte de originar un gasto en este caso de 50 millones de euros por un simple viaje, para intentar acabar con todo esto. Ese deseo que yo expreso en ocasiones de que Dios viaje a la Tierra creo que debo desistir de él ya que si el viaje del Papa de Roma a Madrid y estancia de dos o tres días a lo sumo, cuesta 50 millones de euros ¿Qué nos costaría el desplazamiento de Dios desde el infinito hasta nuestro planeta? No quiero ni pensarlo. Pido disculpas, una vez más, por si he pecado de irreverente, pero creo que ciertas cosas hay que decirlas.
No obstante pienso que en esta visita los españoles tendremos ocasión de presenciar algo insólito algo que no todos tienen o tendrán ocasión de ver en vivo y en directo y ello no es otra cosa que seguro que será todo un espectáculo contemplar al Papa luciendo sobre su blanca vestimenta las pegatinas con los logos de sus esponsors al igual que lo hacen Fernando Alonso, Dani Pedrosa y Jorge Lorenzo en su ropa de competición. No, no se me olvida ¿se imagina usted cuántas muertes de niños por causa del hambre se podrían evitar con esos 50 millones de euros? En fin…