Estaba leyendo un post viejo de No me parece, «¿Deber del Periodismo?» para ver si lograba encontrar algo que me ayudara a terminar un par de ideas que tenía en la cabeza para este post sobre cuáles deben ser las funciones del periodismo, y qué es, desde mi óptica, el periodismo correcto.
Para empezar, creo necesario separar la profesión en dos tipos básicos de periodismo, estos serían el periodismo de opinión, y el de reporte de la noticia.
El segundo no es demasiado complicado, basta un idiota agradable a la cámara o al micrófono que lea titulares o un teleprompter, y se limite, sin opinar, a realizar una crónica de lo que pasó en un determinado lapso de tiempo. Para eso es el reportero, nada más que para reportar noticias. Probablemente con un par de cursos de oratoria alcance para dicho puesto.
Después están los periodistas de opinión y estos sí son un verdadero caso de análisis, probablemente clínico también.
Los periodistas de opinión, como su nombre lo indica, opinan sobre todo lo que tienen a la mano. Desde ecología hasta psicología, pasando por todo el espectro de las ciencias blandas, ciencias duras, religión, arte y deporte.
Lo ideal sería que antes de opinar estos «periodistas» se informaran, la carrera de «periodismo» no debería existir como tal, sino que debería ser solamente para expertos en la materia, estén del lado de la ideología que estén. No es necesaria una carrera para enseñar a escribir, el experto en psicología adolescente sabe escribir y puede escribir sus notas sin demasiados problemas.
El periodismo de opinión, como existe hoy, es una aberración que llega al extremo de banalizar profesiones, como el caso de la psicología forense, donde paneles de frustradas infladas a botox opinan sobre la psicopatía en todas sus variables; los profesionales también se prestan para este juego estúpido yendo a cualquier programa ridículo a mostrar la cara, sin un conocimiento acabado del tema que los hacen presentar.
Aquí es donde viene la parte donde propongo algo que va a ofender a muchos, que es eliminar las carreras de periodismo, y que al periodismo de opinión lo ejerzan profesionales en el ámbito que se esté discutiendo (hubo una propuesta similar en No me parece, pero no trascendió como debió haberlo hecho).
Eso por un lado. Otro de los puntos que quería tocar es el de la ideología en los medios.
Desde el momento en que los medios están hechos por hombres y para los hombres, están inmersos en la ideología. No puede pedirse que un periodista de opinión, un experto como planteaba antes, no tenga ideología. Todos los seres humanos la tienen.
Lo que debe esperarse es que el presentador no la tenga y lea la noticia con el mayor grado de objetivismo posible, sin adjetivos extremistas ni cosas por el estilo, aunque en este punto entra la ideología del que la escribe en un primer término, pero no quiero adentrarme en eso.
Puede haber medios liberals o medios conservadores, lo maravilloso de la libertad de expresión es que puede haber de todo y nos garantiza el derecho a ofender a los demás con lo dicho sin que el ofendido pueda recurrir a la violencia para des-ofenderse como hacen los fanáticos fundamentalistas, o como hicieron los fundamentalistas con las caricaturas de Mahoma, que estoy tentado de subir, pero desviarían lo importante del post.
El problema de la ideología de los medios es cuando, como bien dice Benegas, se vende al mejor postor, casi siempre el gobierno de turno que suele contar con recursos practicamente ilimitados para controlar a los medios. Puede haber medios oficialistas, nadie dice que no, pero deben serlo por congruencia ideológica, no por pauta oficial.
Finalmente, después de analizado el periodismo y la función del periodista, y la ideología de los mismos, queda analizar, para mí, la función de los medios en la sociedad, que dista mucho de la imbecilidad progresista de la función social de los medios.
La función de los medios, en una república, como cuarto poder como se los suele catalogar, es la de investigar e informar para ayduar a controlar a los demás poderes, sin violar las libertades básicas de los seres humanos, porque están muy distantes el periodismo de investigación serio (como el que levantó las exhorbitantes sumas que cobran los artistas populares) y el amarillismo escandaloso (como el que mostraba el cadáver de la tristemente célebre Nora Dalmasso de Macarrón), pero eso es para otro momento.
Resumiendo: hay que eliminar las facultades de periodismo, el periodismo de opinión debe ser ejercido por expertos en la materia. La ideología de los periodistas es necesaria, pero bajarse los pantalos por unos pesos de Albistur es malo, patético y hace mal a la democracia, y finalmente, el periodismo es la cuarta pata de la mesa de la república: si la cortan, se cae lo que está arriba después de un tiempo.