El PP perdió por la reforma laboral, no hay otra explicación. Si el gobierno hubiera esperado a decretarla después de las elecciones andaluzas y asturianas es muy probable que otro hubiese sido el resultado: el triunfo del PP en esas dos comunidades autónomas. Aunque en Andalucía obtuvo más escaños que los demás partidos, la posible alianza entre el PSOE e Izquierda Unida darán seguramente la presidencia de la comunidad a Griñán. En Asturias también es posible que repita Álvarez Cascos, del partido Foro de Ciudadanos, con los votos del PP.
Está más claro que el agua, fue un error de cálculo estrepitoso. Los dirigentes del PP pensaron que con su victoria en las elecciones generales era suficiente; pero se equivocaron, la reforma laboral fue agitada por los partidos de izquierda y los sindicatos como último recurso ante la marea azul que teñía toda España. El ruido mediático que han hecho con la reforma laboral ha sido la mejor estrategia electoral. Como en el ajedrez, hicieron un excelente movimiento.
La reforma laboral fue el caballo de troya que incendió las aspiraciones del PP de gobernar en esos dos bastiones del socialismo desde hace más de tres décadas.
Los dirigentes de la UGT y CCOO han dicho, respecto a estas últimas elecciones, que los ciudadanos han castigado al PP por la reforma laboral. Y es cierto: salta a la vista que el ciudadano ha votado no al partido socialista, sino contra la reforma laboral. Votar contra el PP era votar contra la reforma.
Hay dos posibilidades por las cuales el gobierno se precipitó a decretar esta reforma que les ha hecho perder las elecciones en Andalucía y Asturias: las presiones de la Unión Europea (con Merkel a la cabeza) para reformar las leyes laborales lo antes posible y la falta de manejo político, de controlar los tiempos por inexperiencia o ingenuidad.
La reforma laboral le ganó las elecciones al PP.
*Imagen Google.