El socialismo nació de grupos de personas que desarrollaron una capacidad particular, fundada en la convención de sus ideales altamente sociales y su habilidad para comunicarlas.
Así, naciendo de la sociedad civil, y teniendo como objetivos la defensa de los derechos ciudadanos, se fueron formando grupos con finalidad claramente política, desde los Sindicatos, las Asociaciones profesionales y ciudadanas.
La clave del éxito estaba en “cada persona cuenta por uno”, democracia directa o real, y la posibilidad de conocer y participar en programas y líderes. A partir de este preámbulo, solo puedo decir: es simple, real y básico como procedimiento para el desarrollo de un Partido cuyo principal objetivo, es la defensa de los derechos de la sociedad.
Los franceses se dieron cuenta hace tres años, y han conseguido ser creíbles ante la mayoría de votantes que les ha dado su confianza en momentos tan difíciles como los actuales.
En España, jóvenes, pensionistas y trabajadores de todas las categorías, invaden las calles y plazas pidiendo esa democracia real (directa). El PSOE, después de aprobarla en sus Congresos (máximo órgano de decisión), no es capaz de llevarla a la práctica por la presión de sus barones, que no desean perder la poltrona y los privilegios que de ella emana.