EL CRISOL – Pascual Mogica Costa
Lo de dejar el titular en puntos suspensivos, o sea sin acabar la conocida, utópica y manida frase, es porque antes de finalizarla me ha entrado la risa floja, creo que ello es como consecuencia de que a mis muchos años he podido comprobar cómo el pueblo, si alguna vez ha estado unido, siempre ha sido vencido. Lo siento por los que aún siguen luchando, y espero que continúen, por un mundo mejor gritando esta frase que es muy hermosa pero que desgraciadamente los que manejan este mundo la han dejado como una frase hueca.
Pero no son solamente los que manejan este mundo los que la dejan vacía de contenido, somos nosotros mismos, los del pueblo, los que hemos gritado eso de “El pueblo unido jamás será vencido”. ¿Hasta dónde puede llegar un pueblo que jamás, jamás, se ha parado a pensar en el principio de solidaridad y en cambio siempre ha tenido muy presente aquello de “Sálvese quien pueda”? A ninguna parte y así nos va.
Digo esto porque acabo de leer en este diario el siguiente titular: “La crisis eleva un 30% la cifra de ocupados dispuestos a hacer más horas”. La noticia se refiere a la Comunidad Valenciana en la cual oficialmente hay 600.000 parados muchos de ellos en muy mala situación y sin ningún tipo de ingresos. Si estar “el pueblo unido” significa que unos, los que tienen trabajo, están dispuestos a trabajar más horas, horas extra claro está, impidiendo con esto el que las empresas se vean obligadas a contratar a más trabajadores para poder sacar adelante la producción prevista y por tanto hurtando la posibilidad conseguir un trabajo a todos los que están en las listas del paro, 600.000 en la Comunidad Valenciana y 4.500.000 en todo el territorio español, si esto es estar “el pueblo unido” ¿qué será de ese pueblo cuando este desunido?
Se dice que uno de los motivos de prolongar el horario laboral es que “las crisis acentúan el número de personas y familias con problemas para llegar a fin de mes, por lo que están dispuestos a trabajar más horas de cara a mantener el hogar, donde se depende en muchos casos de un solo sueldo”. No hace falta echarle mucha imaginación a la cosa para llegar a la conclusión de cómo llegarán a final de mes los que sólo cobran el subsidio de paro y no digamos los que no cuentan con ningún tipo de ingresos.
No, no se trata de poner en solfa la frase que nos ocupa, ni muchos menos ironizar sobre ella, se trata de que hemos olvidado ese principio a que antes me refería: El principio de solidaridad. Aunque esa regla desgraciadamente creo que ha sido obviada por los siglos de los siglos. No, el pueblo nunca ha estado unido y así le va y si en alguna ocasión lo ha estado, agentes exógenos se han encargado de desunirlo, no hay más que ver como estos jóvenes, los “indignados del 15M”, están siendo criticados desde círculos muy relacionados con esos que manejan la sociedad y por el partido político que les hace el coro. El propósito es bien claro: Desmontar el movimiento juvenil para que “aprendan” que no se puede luchar contra un sistema dentro del cual unos cuantos viven sin ningún tipo de problemas.
Partiendo del ejercicio de la solidaridad es muy posible que algún día podamos llegar a que el pueblo esté unido. Sin esa razón no se irá a parte alguna. No recuerdo donde he leído que las gentes que habitamos este mundo hemos pasado de ser reconocidos como ciudadanos a serlo como consumidores. Esto último es poco alentador y nos augura un futuro cada vez más difícil, complicado y duro.