El Quantitative Easing (QE) del BCE a la europea, se soporta en un compromiso para contentar a unos y otros. Así Mario Draghi bombeará 60.000 millones de Euros mensuales… comprando unos 45.000 en bonos del Tesoro, y el resto en activos privados, entre marzo de este año y septiembre de 2016, lo que equivaldría a una inyección de algo más de un billón de Euros.
Y una decisión clave: el QE europeo se mantendrá más allá de esa fecha si la inflación sigue por los suelos y no se acerca al objetivo del BCE, un 2% a medio plazo.
Teóricamente, si el QE funciona, los bancos prestarán más y se acercará la salida de esta interminable Crisis; si no lo hace, pueden pasar dos cosas: que la deflación aparezca definitivamente, o que con tanto dinero sobre la mesa se desate el fenómeno contrario: una hiperinflación.
Es obvio que Draghi no ve ese riesgo por ningún lado… ¡y ha preferido inundarnos de dinero!
El Euro se ha depreciado frente al dólar un 21% desde máximos de marzo del año pasado. Esta depreciación del Euro se aceleró a partir de diciembre, cuando se afianzaron los rumores de que el BCE estaba listo para este programa de compra de deuda pública. Cuando el día 22 de enero Mario Draghi anunció el plan, ligeramente más generoso de lo esperado, el Euro se depreció un 3,4% en una sola jornada, dejando claro que el programa de compra de deuda del BCE tiene un impacto directo sobre el valor del Euro.
Muchos economistas estiman que el único estímulo económico del QE vendrá de la depreciación del euro.
Ya hemos descubierto el agua caliente… más dinero en los mercados y un Euro barato. ¿Solucionamos el problema de España? Desgraciadamente no.
¿Alguien piensa que los bancos españoles van a financiar a quienes lo necesitan? A pesar de sus maravillosos anuncios (todos son ‘nuestro banco’) intenten presentar un proyecto estando en el paro…
Ni Keynes ni Friedman confiaban en los Bancos para solucionar el problema del ciudadano, y estaban de acuerdo en algo que es evidente: por mucho que se bajen los tipos de interés y que se hable de “inyectar dinero”… la cruda realidad es que esta liquidez no llega al pueblo y permanece en la burocracia bancaria, que lo entrega para especular en los mercados de renta variable, que vuelven a crear nuevas burbujas en los mercados bursátiles.
Keynes lo resumió en una parábola de su “Teoría General sobre el empleo, el interés y el dinero” de 1936, proponiendo enterrar botellas llenas de billetes en antiguas minas de carbón para que una vez descubiertas (como el oro) crearan nueva riqueza y estimularan el gasto. Las empresas privadas contratarían a mucho personal… extraer los billetes de nuevo… no habría más desempleo… aumentaría el ingreso real de la comunidad y su riqueza…
Milton Friedman, en “The Optimum Quantity of Money” de 1969, propuso otra idea para solucionar la deflación: potenciar el consumo tirando billetes desde un helicóptero a los ciudadanos (consumidores) y a los empresarios creadores de empleo (salarios).
Este QE sigue utilizando el camino equivocado… ¡los Bancos S.A. (Sin Alma)!